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George Will

Hipocresía y reservas naturales

"Arabia Saudí," decía, "tiene la llave de la reducción a corto plazo de los precios de la gasolina en el país." Por tanto, las ventas de armas a ese reino debían bloquearse a menos que "incremente su producción petrolera."

El pasado 13 de mayo, Chuck Schumer, senador demócrata por Nueva York, pidió así la palabra en el hemiciclo: "Pido la palabra para debatir los precios al alza de la energía." En aquellos momentos, el presidente se dirigía a Arabia Saudí para solicitar un incremento en su producción petrolera. El estómago de Schumer se revolvía.

"Arabia Saudí," decía, "tiene la llave de la reducción a corto plazo de los precios de la gasolina en el país." Por tanto, las ventas de armas a ese reino debían bloquearse a menos que "incremente su producción petrolera en un millón de barriles al día," lo cual forzaría el precio de la gasolina a la baja hasta alcanzar de forma inmediata los "50 centavos el galón."

¿Puede un senador, con tantas cosas en la cabeza, saber con precisión cómo responderá el precio de la gasolina a ese incremento en el suministro petrolero? Schumer sí sabe que si se incrementa la oferta de algo, es probable que su precio caiga. Ese es el motivo de que él y 96 senadores más votasen recientemente a favor de incrementar el abastecimiento de petróleo al mercado deteniendo el flujo de crudo que alimenta la Reserva Petrolera Estratégica, que nos protege contra interrupciones de importancia. 71 de los 97 senadores que votaron a favor de dejar de surtir la Reserva Estratégica también se oponen a realizar prospecciones en la Reserva Nacional de Vida Salvaje del Ártico (ANWR).

Un millón de barriles es lo que hoy estaría saliendo la ANWR si en 1995 el Presidente Clinton no hubiera vetado la legislación que permitía las prospecciones. Un millón de barriles equivalen a 27 millones de galones de gasolina y diésel. Ahora mismo, 72 senadores, incluyendo por supuesto a Schumer y a 38 demócratas más, entre los cuales está Barack Obama, y 33 Republicanos, John McCain y otros, han votado a favor de mantener al margen del mercado los alrededor de 10.400.000.000 barriles de petróleo de la ANWR. Es decir, que Schumer es cómplice de la sustracción de 10 dólares a cada americano que compra 20 galones de gasolina. "La democracia," decía H.L. Mencken, "es la teoría según la cual la gente corriente sabe lo que quiere y merece obtenerlo con todas las consecuencias." El ciudadano medio de Nueva York quiere que Schumer sea su senador, de manera que más le vale cerrar la boca.

También está prohibido que se quejen todos los votantes que enviaron a Washington a los senadores y representantes que han votado a favor de mantener el petróleo de la ANWR bajo tierra y por declarar el 85% de las costas americanas territorio vedado para las prospecciones petrolíferas. El Servicio de Gestión de Minerales de los Estados Unidos afirma que esa zona restringida contiene tal vez 86.000 barriles de petróleo y 420 trillones de pies cúbicos de gas natural. Un montante que supone 10 veces el petróleo y 20 veces el gas natural que los americanos consumen en un año. Hay prospecciones en marcha a 60 millas de Florida. El proyecto está siendo realizada por China y Cuba, que está extrayendo más cerca del sur de Florida que las propias compañías norteamericanas.

La ANWR es mayor que el territorio de cinco estados juntos (Massachussets, Connecticut, Rhode Island, Nueva Jersey y Delaware). La explotación a lo largo de su plataforma costera se confinaría a un espacio del tamaño de la sexta parte del Aeropuerto Dulles de Washington. ¿En la costa? Los huracanes Katrina y Rita destruyeron o dañaron centenares de torres de perforación sin provocar una gran mancha. Desde 1969 no se ha producido ninguna fuga significativa procedente de un pozo situado en la costa de los Estados Unidos. De los más de 7 mil millones de barriles de petróleo bombeados en la costa en los últimos 25 años, sólo el 0,001% –la milésima parte de punto porcentual– ha sido derramado. Luisiana tiene más de 3.200 torres en la costa, y además una floreciente industria pesquera comercial.

En su libro Surtidor de mentiras: Los peligrosos engaños de ‘la independencia energética,’ Robert Bryce afirma que el éxito energético de Brasil tiene poco que ver con su tan debatida producción de etanol y mucho con su creciente producción petrolera, la gran mayoría de la cual procede de yacimientos costeros. El Investor's Business Daily informa de que Brasil, "donde recientemente se descubría un importante yacimiento casi a la vista de las playas de Río," posee el mayor número de plataformas en alta mar del mundo.

En septiembre de 2006, dos compañías norteamericanas anunciaron que su platforma "Jack No. 2", situada a 270 millas al suroeste en el Golfo de Nueva Orleáns, había encontrado una reserva de quizá 15 mil millones de barriles de crudo, lo cual incrementaría en un 50% las reservas demostradas de los EE.UU. Realizar exploraciones cuatro millas por debajo del sustrato del Golfo cuesta 100 millones de dólares. La respuesta del Congreso a tales gastos es subirles los impuestos a las compañías petroleras.

América les dice a los productores extranjeros: Preferimos no extraer nuestro petróleo, así que por favor, sacad más del vuestro, rebajando su valor, para nuestro beneficio. Que no se diga que aquí no hay política energética.

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