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Juan Carlos Girauta

Hacen falta más pizarros

Amplifique mientras tanto la voz de Pizarro en lo económico y la de los demás pizarros con que cuenta para denunciar lo otro, que los tiene callados como muertos mientras enloquecidos barones postulan la doble nacionalidad. O la doble moral

La entrevista a Pizarro en el Heraldo de Aragón confirma las valiosas dotes didácticas del mejor fichaje de Mariano Rajoy –timba e indiferencia– en toda su carrera. Como quiera que de crisis, recesión y espanto van a tratar los próximos años, se echa en falta más Pizarro en los medios, más voz y más pizarra de Pizarro, más protagonismo de aquellos que se hacen entender. A ver si así se atenúa el guirigay de congresos, defenestraciones, ascensos, navajas, familias, aparatos, travestismos políticos, traiciones, decepciones y ambiciones con que el PP distrae su fracaso. Fuera de los pizarros, no hay contra Zapatero ideas nuevas. Hay, de momento, contra Zapatero, zapatiesta.

Blanco, que no va muy allá, posee sin embargo un instinto precioso para morder al contrario donde más le duele. Por eso es de los pocos en su bando que rechaza la estrategia del masaje a Rajoy –paralogismo y playa–, que desconfía de los poderes paralizantes del abrazo del oso. No digiere la cita de Zeta en la cumbre de Moncloa, no cree en la suspensión de hostilidades. Y aunque Mariano Rajoy –helor y retintín– comparezca con regalos como la transigencia ante los nombramientos del CGPJ y el Constitucional, Blanco al minuto corre a escupir un veneno frentista, no menos eficaz por omitir fonemas en sus armas cargadas de pasado.

Así que la estrategia del masaje, del chócala, del acércate para la foto, del ji, ja, ju y del lengüetazo no va a funcionar aunque Mariano Rajoy –ausencia y México– se entregue durante cuatro años al gatuno refocile del cosquilleo mientras sobre España caen chuzos de punta que consagran la definitiva desigualdad de los españoles ante la ley, entre otros "problemas que no importan a la gente".

Sestee cuanto quiera, hombre de Dios, pero amplifique mientras tanto la voz de Pizarro en lo económico y la de los demás pizarros con que cuenta para denunciar lo otro, que los tiene callados como muertos mientras enloquecidos barones postulan la doble nacionalidad. O la doble moral.

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