Al sintonizar la radio pública camino de casa al salir del trabajo, me topé con una entrevista bastante divertida, al menos al principio. El locutor de la NPR Terry Gross entrevistaba al actor/comediante Will Ferrell, al actor John C. Reilly y al director/guionista Adam McKay (de ronda promocional de su última película).
Tras bromear sobre sus carreras el entrevistador preguntó a Adam McKay cómo empezaron Ferrell y él su colaboración hace años en el programa de televisión Saturday Night Live. "Teníamos varios redactores escribiendo gran parte de los asuntos políticos", dice McKay. "Pero sí, yo había escrito un par de cosas buenas con Will... En realidad preparamos un anuncio después de que (Bush) fuera elegido... en el que Dick Cheney salía y decía, 'A continuación un mensaje del presidente de los Estados Unidos,' y era Dick Cheney. Y decía a todo el mundo, 'Si usted gana menos de 250.000 dólares, cambie de canal ahora porque esto no va para usted.' Y a continuación decía, 'Si usted gana menos de 10 millones de dólares, cambie de canal. Lo que voy a decir no se dirige a usted,' hasta que finalmente eran mil millones de dólares. Y literalmente decía, ‘Invierta todo su dinero en bonos de defensa. Vamos a iniciar un montón de guerras. Válgame Dios, vamos a hacer una fortuna del petróleo.' Escribimos las cosas más absurdas para él (...) Y Will entra en el plano como George Bush. Ha encontrado un perro en el parking y pregunta a Cheney si puede cuidarlo. Y a continuación se va y Cheney sigue hablando sobre cómo vamos a hacer trizas este país."
En ese momento McKay se quitó su sombrero de guionista y se puso serio. Hablando con gravedad, sin humor ni sátira, dice:
–Y hace alrededor de un año vi el anuncio, y es totalmente preciso (...) Y tristemente se había...
–Todo se había hecho realidad –interrumpió Ferrel.
¿Todo? Paré en un restaurante, donde me quedé menos de una hora. Volví a mi coche, radio aún sintonizada en la radio pública, pero esta vez con un presentador diferente y un asunto muy distinto. Veteranos de Irak heridos cuentan sus experiencias. Sargento Jay Wilkerson :
Dos dispositivos explosivos improvisados alcanzaron mi todoterreno. El primero golpeó la puerta izquierda de la zona de pasajeros y la arrancó de cuajo del vehículo. El escolta, que iba detrás del conductor, perdió la vida. Su cuerpo salió volando con la puerta. Sus piernas se quedaron en el interior del vehículo. Su nombre era Sargento de Segunda Roberto Hernández. También era mi mejor amigo. Y llegó el segundo proyectil de propulsión, se metió en el interior del vehículo y detonó. Y ahí es donde la metralla se dispersó por todas partes. Y en ese momento me dejó inconsciente. Me desperté en el Hospital Walter Reed.
Mi familia estaba de camino para verme… Me refiero a miembros de la familia como mi hermano, mi madre, mi hermana, venían a verme y me abrazaban y me daban besos, y yo decía: "¿Quiénes son estas personas que me besan?" No sabía quiénes eran. Y tuve que volver a aprender a caminar. Iba en silla de ruedas. Después caminé con un andador. Y tuve que volver a vestirme solo, a comer y a hablar de nuevo, porque ahora tartamudeo. Te sientes como si fueras un niño en el cuerpo de un hombre (...). Estoy sordo del oído izquierdo. Escucho un pitido constante. Y mi ojo izquierdo duele porque se seca. No se humedece, no hay lagrimal. Y mi cara, la mandíbula está descolgada. Tuve múltiples problemas con mis dedos, no puedo doblarlos. Sufro problemas constantes de cuello, tengo una herida en la quinta vértebra. No pego ojo. Sólo puedo dormir como 3 horas al día, y eso en una buena noche.
Ya sabe, habría sido más fácil realmente que hubiera perdido la vida en Irak. Mi neuropsiquiatra me ha dicho que el hemisferio izquierdo de mi cerebro ha resultado gravemente herido. Es el de la capacidad multitarea, para solucionar problemas. De manera que lo que hago es seguir juegos o mirar crucigramas, y aunque esté en la escuela o en la institución para veteranos aprendiendo estos procesos, también lo hago cuando estoy solo para intentar acelerar mi proceso de curación. Intento mejorar mi propia capacidad porque soy padre. Tengo dos hijos pequeños. Tengo que demostrarles que, oye, incluso si papá no es el que era, aún hay que trabajar duro para lograr algo.
Entiendo la oposición al presidente por motivos políticos. Sin embargo, soy incapaz de comprender a la gente como Ferrell y compañía, que, les dicen a los soldados heridos que ellos no sufren porque el presidente Bush pensara que la misión era importante para la seguridad nacional, ni porque considerase Irak “un peligro grave e inminente".
No, soportan su calvario cotidiano porque Darth Cheney y su subordinado Bush mintieron y enviaron a más de 4.000 valientes hombres y mujeres a sus tumbas, hiriendo de gravedad a más de 30.000, para enriquecer aún más a sus amigos millonarios. Caballeros Ferrell y McKay, les presento al Sargento de Segunda Wilkerson.