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José Brechner

Bolivia al borde de la catástrofe

Tras su victoria, Morales se adueñará completamente de Bolivia, colocando prefectos (gobernadores) a dedo en todos los departamentos que le apoyan.

En estos días se decide el futuro de Bolivia, como diría Forrest Gump: de nuevo… Es que Bolivia vive permanentemente sobre la cuerda floja y en sus malabarismos políticos pueden darse las piruetas más inusuales y novedosas.

Con el advenimiento de la democracia populista cualquier decisión se somete al voto popular. El sistema plebiscitario tiene su aspecto positivo y negativo. Por un lado abre al pueblo una puerta de participación directa en los asuntos del Estado, pero por otro, permite que las autoridades encubran intenciones y responsabilidades. El 10 de agosto, Bolivia se ha sometido a un referendo nacional para confirmar o revocar el mandato del presidente Evo Morales y su Gobierno. ¡No un asunto pequeño! Si Evo pierde tiene que irse, y con él se van el Comunismo del Siglo XXI, Hugo Chávez, el dúo Los Castro y Ajmadineyad, llevándose consigo a los venezolanos, cubanos, musulmanes, terroristas, guerrilleros, narcotraficantes, agentes encubiertos y el resto que acompaña, protege, asesora, instruye, maneja y le cambia los pañales a Morales. ¿Podría suceder semejante milagro? Las probabilidades son tan grandes como que Bin Laden se vuelva cristiano.

Si Evo gana –hecho que es inevitable– impondrá su constitución nacionalsocialista y se quedará cinco años más con poderes ilimitados. La trampa fue tendida por el Gobierno, en confabulación con el partido “de oposición”, PODEMOS, que cooperó en la artimaña para quedarse en el Legislativo antes que en la calle. Recién ahora se entiende por qué el ex presidente de Bolivia y jefe de PODEMOS, Jorge “Tuto” Quiroga, critica mucho a Chávez y su injerencia en Latinoamérica, pero rara vez se le escucha reprochar a Morales.

Según sondeos de la empresa Ipsos Apoyo Opinión y Mercado, Morales contaba en junio con 57 por ciento de aprobación y en Julio con 59. De acuerdo con Encuestas & Estudios del grupo Gallup International, el apoyo a Morales en julio fue de 4,31 en una escala de 1 a 7. Según estos datos, el oficialismo está hoy mejor posicionado que en enero de 2006, cuando asumió el mando. Si los departamentos (provincias) contrarios a Morales no se presentan al referendo, o lo invalidan a partir de hoy, el presidente acudirá al respaldo legal que ratifica su mandato. Si el pueblo acude a la votación perderán los adversarios al régimen. Santa Cruz, la segunda ciudad en importancia, es el único lugar donde la oposición tiene posibilidad de ganar.

Tras su victoria, Morales se adueñará completamente de Bolivia, colocando prefectos (gobernadores) a dedo en todos los departamentos que le apoyan. Para calmar los ánimos cruceños, tal vez ofrecerá devolverles a las autoridades locales las rentas confiscadas de los impuestos a los hidrocarburos. Pero si eso no satisface al pueblo oriental, habrá confrontación.

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