Menú
Carlos Semprún Maura

La UE no contesta

El ingenuo, imprudente o ambas cosas, presidente georgiano Saakashvili, pide socorro, sobre todo a la UE, pero Europa no contesta, no puede, no existe, no tiene ejército ni policía exterior común, ni unidad ni nada. Sólo contestadores automáticos.

Fue como un gigantesco Carnaval de Río sin la sensualidad de las escuelas de samba; miles de fuegos artificiales como en un 14 de julio en París; impresionantes desfiles a lo nazi o a lo soviético; declaraciones rimbombantes, políticas y nacionalistas. Se gritó "¡viva el Tibet!" y también se afirmó que China demostraba así su potencia y su soberbia, incluso se discutió si había que asistir a las ceremonias oficiales. "Pekín, capital del mundo", titulaba a primera plana Le Figaro, y yo, alelado por tanto barullo mediático, me preguntaba de qué se trataba. Por lo visto se trata de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Mientras tanto, otra guerra estalla a las puertas de Europa. Rusia castiga duramente a los georgianos por creerse independientes y querer poner orden en Osetia del Sur. El ingenuo, imprudente o ambas cosas, presidente georgiano Saakashvili, pide socorro, sobre todo a la UE, pero Europa no contesta, no puede, no existe, no tiene ejército ni policía exterior común, ni unidad ni nada. Sólo contestadores automáticos que funcionan mal. Además, se han dejado acorralar por el suministro de gas ruso. Esta dependencia se añade a otras, y sobre todo a la inexistencia de la Unión Europea. Cuando ni siquiera son capaces de hacer la menor propuesta a propósito de la larga crisis político-lingüística belga, siendo este país la sede de sus fantasmales instituciones, ¿cómo van a poder hacer algo en Georgia? ¿Declaran la guerra a Rusia? ¿Envían cascos azules? Entonces, ¿por qué no se callan?

Estos últimos días he leído y oído a ciertos políticos (como Kouchner) y comentaristas hacer un análisis paralelo de la situación georgiana y las guerras en Yugoslavia, y afirmar con espléndida caradura que "la UE había resuelto el conflicto". Pocas veces se han visto soluciones más catastróficas. Y en cuanto al aspecto militar, la UE, paralizada, tuvo que pedir socorro a los Estados Unidos para vencer a los nacionalcomunistas serbios.

Francia, actual presidenta de la UE por turno, hace el ridículo, y Bernard Kouchner se ha reunido con Javier Solana en el Salón de los Inocentes. Sus declaraciones son de lo más cómico, siniestramente cómicas: "Es una verdadera guerra, hay muertos civiles, es necesario y urgente un alto el fuego". ¿Nos lo dice o nos lo cuenta? Por lo visto se ha ido a Tbilisi con buenas palabras de pésame. Ciertos medios galos anunciaban estos días que Sarkozy, como presidente de la UE, iba a desempeñar un papel preponderante en la solución de la crisis. Pues hasta ahora no ha hecho nada salvo desear un rápido término a la guerra y reunir el próximo miércoles a los ministros de exteriores. Tal vez convoque también al Consejo Europeo, donde una vez más se demostrará la división europea. En realidad, Putin sabe que puede hacer lo que quiera en Georgia, pequeño país de ni llega a los cinco millones de habitantes.

En Internacional

    0
    comentarios