Menú
EDITORIAL

Solbes, mentiras intolerables

Con un déficit público galopante y unos ingresos fiscales menguando a un ritmo inaudito, la afirmación de Solbes merece una firme reprobación. Si no está dispuesto a hacer cuentas, lo mejor que puede hacer es dimitir y dedicarse a otra cosa.

He aquí un ministro de Economía que a propósito del nuevo modelo de financiación de los gobiernos de las Comunidades Autónomas afirma que aunque "todo el mundo quiere saber cuánto le toca", "ya veremos luego el problema de las cantidades". Que el responsable de las finanzas públicas en un periodo de crisis económica que ha puesto al país al borde de la recesión se desentienda de los números denota una frivolidad y una irresponsabilidad intolerables. Con un déficit púbico galopante y unos ingresos fiscales menguando a un ritmo inaudito, la afirmacion de Solbes merece una firme reprobación. Si no está dispuesto a hacer cuentas, lo mejor que puede hacer es dimitir y dedicarse a otra cosa.

Otro tanto sucede con las medidas aprobadas el viernes por el Consejo de Ministros. Fuentes del Gobierno declaran jubilosas que sus iniciativas para enfrentarse a la crisis no costarán un euro. Nada más lejos de la realidad. Sin ir más lejos, la eliminación del Impuesto de Patrimonio, una contribución fiscal injusta que equivale a una doble imposición, reducirá la recaudación en al menos 1800 millones de euros. Respecto a la supresión de diversas cargas administrativas a las empresas, todas ellas son también cuantificables. La ocultación de las cifras indica que Rodríguez Zapatero ha optado por enfrentarse a la crisis aumentando el gasto público a través de políticas mal llamadas sociales y sin proponer ninguna medida que ahorro que compense la caída de la recaudación ocasionada por la reducción de la actividad económica y de algunos impuestos.

Como ya hemos señalado, los resultados de la torpeza de Gobierno serán por una parte una explosión de déficit público y por otra una escalada inflacionista. Para paliar el primer problema, tarde o temprano Solbes o quien le sustituya tendrá que proponer, bien una reducción de gastos, algo harto improbable dado el sesgo populista del presidente del Gobierno y de su ministro peronista Miguel Sebastián, o un aumento de impuestos, que se llevará por delante los efectos positivos que las rebajas fiscales podrían haber tenido. La inflación, ese "impuesto de los pobres" que ya se está haciendo sentir en los hábitos de consumo de la población, mermará aún más del poder adquisitivo de los españoles, de modo que más que inservibles, las reformas anti-crisis del Ejecutivo resultan contraproducentes y sumirán a España en una peligrosa espiral de miseria (inflación más desempleo) que en dos años ha pasado del 11 al 15%, con una previsión de empeoramiento al menos en los próximos 18 meses.

Así las cosas, el ministro de Economía, lejos de decir la verdad a los españoles, propone a las Comunidades Autonómas, y en especial a Cataluña, una componenda consistente en un nuevo sistema de financiación que sobre el papel ignora los privilegios consagrados en algunos estatutos, aunque en la práctica se irá adaptando a ellos, dañando aún más las maltrechas cuentas del Estado. No es de extrañar que las tensiones entre la Administración Central y la Autonómica, sobre todo en Cataluña, se hayan agravado, ya que salvo alguna excepción no parece que las gobiernos regionales españoles vayan a optar por la austeridad, sobre todo si el Gobierno de la nación tampoco lo hace. Si Solbes no quiere y además no puede hacer su trabajo, debe dejarlo. La situación del país no está para más enredos y mascaradas. Sobran incompetentes.

En Libre Mercado

    0
    comentarios