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Carlos Semprún Maura

Francia, capital USA

París parece haberse convertido en una pequeña capital de provincias yanqui muy obamista.

Se termina este mes de agosto, húmedo y frío, vuelven los niños y los políticos, y algunos esperamos que también llegue algo del "calentamiento del planeta". En realidad, y como casi siempre, la lucha de clases climática divide Francia en dos, el sur con sol, y al Norte del Loira con frío. Pero bueno, vuelven los niños, los políticos, los coches, y para mi satisfacción personal, se han clausurado los Juegos Olímpicos.

También vuelven las emisiones políticas y los debates en radio y televisión. El domingo por la tarde Dominique de Villepin fue el invitado del programa Grand Jury- RTL- Le Figaro-LCI. Con una verborrea impresionante, desarrolló su pensamiento carca y cobarde. Como no podía faltar, los periodistas le preguntaron cómo estaban sus relaciones con el presidente Sarkozy, aludiendo a la no tan lejana guerra abierta entre los dos políticos. Hipócritamente, afirmó que todo iba bien y con "respeto mutuo", aunque no cesó de apuñalarle por la espalda.

Como cuando Sarko era ministro y Villepin primer ministro; el segundo se manifestó claramente anti-israelí, anti-Bush, muy respetuoso con las "nuevas grandes potencias" China y Rusia, y se mofó de los Derechos humanos y de la Democracia, siempre de forma hipócrita, considerando que el gas y el petróleo tienen su importancia. Mintió descaradamente ante las acusaciones de complicidad francesa en la masacre de tutsis por los Hutus en Ruanda, declarando que Francia había sido el primer país en enviar "cascos azules" para "salvar vidas". Eso ocurrió después de la masacre que se cobró casi un millón de víctimas, con el visto bueno galo. Las tropas enviadas posteriormente se limitaron a enterrar cadáveres.

Como era de esperar, se declaró favorable a una victoria de Barak Obama en las presidenciales norteamericanas. Un personaje repugnante, seductor de tres al cuarto. Es tradicional que los franceses de cualquier opinión política "voten" demócrata en las elecciones norteamericanas, pero no todos demuestran el cinismo de Alexandre Adler, quien en su columna de Le Figaro (23.08.08), también desea la victoria de Obama, porque, escribe, eso debilitaría el papel de gran potencia mundial de los USA, y podría dar mayor protagonismo a la Unión Europea. Me parece mucho más importante saber quién va a ser el próximo presidente de a primera potencia democrática mundial, que cuantas medallitas de oro ha ganado Francia (o España). De todas formas, París parece haberse convertido en una pequeña capital de provincias yanqui muy obamista.

Los diez soldados franceses matados en una emboscada en Afganistán han desatado una polémica en Francia, y como los medios son mayoritariamente sociatas, insisten en que los franceses quieren que sus tropas se retiren. Habrá debate y voto sobre este tema en el Parlamento.

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