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Víctor Llano

Serán contrarrevolucionarios

A lo más que llegará Víctor Manuel será a enviarle unos cuantos euros a Gorki para que pueda pagar la multa. Eso sí, siempre en secreto y tratando de que no se entere Fidel.

El huracán Gustav llegó y se fue. Se quedan el odio, la represión y el miedo. Cuentan las crónicas que la Policía castrista golpeó a los seis jóvenes que se atrevieron a gritar el nombre de Gorki en un concierto de Pablo Milanés. El tristísimo espectáculo no se suspendió. "Serán contrarrevolucionarios", pensaron y dijeron los esclavos que no dudaron en mirar para otro sitio y en ocupar el hueco que habían dejado los apaleados. Poco después excarcelaron a Gorki Águila Carrasco, líder del grupo Porno para Ricardo. Le habían detenido cinco días antes por cantar que lo mejor que le podía pasar a los cubanos es que Fidel Castro se muriera y por denunciar que su hermano Raúl es un farsante.

Gorki cree que le han devuelto a lo que él tiene por cárcel grande por miedo a las críticas de la comunidad internacional. Eso no le impide temer que en cualquier momento, y bajo el más estúpido de los pretextos, le vuelvan a encerrar en una mazmorra infecta. No sé si acabarán "convenciéndole" de que más le valdría no decir lo que todos piensan, pero lo cierto es que hasta ahora el tipo habla claro. Nunca se olvida de calificar al régimen castrista de tiranía. De él tendrían que aprender todos los periodistas españoles que insisten en lo de dictadura más o menos socialista, régimen personalísimo, democracia de partido único y otras zarandajas con las que sólo pretenden justificar lo injustificable.

A fecha de hoy, y siempre después de Loquillo y de Sabino Méndez, sólo Alejandro Sanz y Miguel Bosé se han atrevido a denunciar la represión que sufre Gorki. Es lo que tienen la inmensa mayoría de los muy subvencionados titiriteros españoles. Ni aparecen ni se les puede esperar cuando Rusia invade Georgia, ni se tiene noticia de ellos cuando el régimen castrista insiste en demostrar lo que es. A lo más que llegará Víctor Manuel será a enviarle unos cuantos euros a Gorki para que pueda pagar la multa. Eso sí, siempre en secreto y tratando de que no se entere Fidel Castro para que no le reproche que nunca le dedicó una canción como la que compuso en honor de Franco.

Lo que no sabemos es si entre los que apalearon a los jóvenes que gritaron el nombre de Gorki se encontraba Ángel Matos. No nos sorprendería. Fidel Castro, que no se ha demorado en justificar su salvaje agresión, ya lo habrá colocado donde más le puede servir. ¿Qué mejor que servirse del feroz taekwondoca para dirigir una Brigada de Respuesta Rápida en contra de los hasta ahora muy pocos que prefieren ser golpeados y encarcelados antes de simular afecto por la barbarie? El Monstruo de Birán, que acaba de alcanzar los 82 años, jamás habría llegado tan lejos sin el favor de los perros rabiosos que golpean todo lo que se mueve. De ellos y de los esclavos que miran para otro sitio mientras comentan en voz baja que los apaleados "serán contrarrevolucionarios".

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