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Thomas Sowell

Google promueve la anarquía en internet

Todos estamos en contra de la censura, pero el derecho a la libertad de expresión no ampara el libelo, las amenazas o el robo de identidad.

Internet proporciona grandes cantidades de información pero también puede difundir enormes cantidades de información errónea, e incluso información deliberadamente engañosa.

Durante más de dos semanas, apenas ha pasado un solo día sin que me llegaran correos electrónicos en tromba preguntando por una serie de columnas que alguien ha escrito y difundido por la red con mi nombre en ellas. La mayor parte de estos correos los enviaban lectores habituales lo suficientemente inteligentes como para reconocer que las columnas tenían un estilo distinto y un contenido diferente a las mías.

Normalmente pensamos en el "robo de identidad" como algo que implica utilizar el nombre de otra persona para cometer un fraude económico. Pero también se puede utilizar para cometer un fraude político, como es el caso.

Creators Syndicate, la empresa que distribuye mis columnas, ha investigado esta situación, lo que ha resultado ser algo similar a desentrañar un misterio en un relato detectivesco. En primer lugar, descubrieron que había un blogger en internet distribuyendo sin autorización no sólo mi columna, sino también otras del New York Times, Chicago Tribune, Universal Press Syndicate y el Washington Post. Pero no hubo forma de contactar directamente con él.

Puesto que el blogger que publicó esta columna falsa aloja su blog en Google, se envió un correo electrónico a la empresa, cuya respuesta provino de una persona, o grupo de personas, identificados sólo como "The Blogger Team", que afirmaba: "Creemos firmemente en la libertad de expresión, incluso si un blog contiene materiales faltos de gusto o de atractivo o si presenta puntos de vista impopulares."

Todos estamos en contra de la censura, pero el derecho a la libertad de expresión no ampara el libelo, las amenazas o el robo de identidad.

El abogado de Creators Syndicate –Charles Adamek, de Locke Lord Bissell & Liddell LLP en Los Ángeles– señaló en una respuesta formal que la propia Google ha creado normas para la gente que abre un blog en su servicio, y que no hacer cumplir esas normas significa aceptar "la actividad de este blogger en el uso fraudulento de la identidad del doctor Sowell y la distribución de escritos como pertenecientes al doctor Sowell cuando no lo son".

Ese mensaje provocó otra respuesta por correo electrónico del mismo Blogger Team anónimo, repitiendo esencialmente lo que había dicho antes: "Creemos firmemente en la libertad de expresión, incluso si contiene materiales faltos de gusto o de atractivo o si presenta puntos de vista impopulares."

Finalmente, esta situación llamó la atención de la revista Editor & Publisher, la principal publicación de la industria periodística. El 15 de agosto, Dave Astor publicaba un relato de lo sucedido bajo el título La "suplantación" de un columnista por parte de blogger provoca un conflicto entre Creators y Google. En él decía que "el 13 y 14 de agosto, los correos electrónicos procedentes de 'The Blogger Team' en Google indicaban que por fin la compañía puede estar examinando el problema. Pero el artículo atribuido a Sowell sigue colgado en el blog a fecha de hoy."

Habían transcurrido más de dos semanas después de que la columna fraudulenta fuera publicada y más de diez días desde que Google fuera informado oficialmente por el abogado de Creators Syndicate. Finalmente, el 18 de agosto, Dave Astor, del Editor & Publisher, publicaba otra información titulada Blog deja de publicar material erróneamente atribuido a Sowell.

Lo que me resulta sorprendente es que la columna fraudulenta enviada a mi nombre ha sido propagada por internet en forma de carta-cadena, lo cual significa que la gente envía a sus conocidos cosas que no tiene forma alguna de saber si son verdaderas o un fraude, sin imaginar siquiera que podrían verse implicados en una demanda.

Las implicaciones de este episodio se extienden mucho más allá de la industria de la prensa. Todo el mundo debería preocuparse por la anarquía en Internet en la que cualquiera puede simular ser otra persona, a menos que se haga algo para impedirlo.

Si fraudes como este salen impunes, ¿quién puede creerse lo que vea en Internet? ¿Hasta qué punto seguirá siendo internet bueno y útil? Si quienes controlan las páginas web no hacen nada, ¿no es eso una invitación abierta a que el Gobierno intervenga? ¿Y acaso alguien quiere que los políticos controlen qué puede publicarse en internet y qué no?

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