Loor a la ministra jovencita,
la miembra feminista y commatriota
que, gracias al empuje de la cuota,
su parte del erario fagocita.
Loor a la ministra favorita
de la prograncia mema y pasmarota,
que suelta disparates para nota
por los que ZP la felicita.
Loor a la nación que la sustenta:
al súbdito lanar que se contenta
con fábulas de chisme y de patraña.
Y loor a la patria peregrina
que va a adoptar a Rusia o a la China
los niños que se abortan en España.