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EDITORIAL

Sanz como síntoma

Independientemente de cómo acabe, el incidente protagonizado por Sanz, jugando a ser un "verso suelto" contra los términos del pacto PP-UPN y contra los principios y los votantes de ambos partidos, es un claro síntoma de la falta de liderazgo de Rajoy.

No sabemos si, tras la reunión de este martes entre Rajoy y el presidente de Navarra, Miguel Sanz, UPN y PP votarán juntos contra los Presupuestos de un Gobierno que, como el de Zapatero, ha dado múltiples y hasta insultantes muestras de desprecio a todas las recomendaciones que, en política económica, le ha hecho el principal partido de la oposición.

Aunque el tono de Sanz haya sido mucho más reconciliador que el empleado en días anteriores, y haya expresado su deseo de que UPN y PP sigan votando en el mismo sentido, la incógnita sigue en el aire, entre otras cosas, porque el propio Rajoy, con la excusa de la negociación, tampoco la ha despejado de manera clara.

En cualquier caso, y con independencia de cuales sean al final el sentido de las votaciones, el incidente protagonizado por el presidente de UPN, jugando a ser un "verso suelto" contra los términos de su pacto con el PP y contra los principios que tradicionalmente han defendido ambos partidos y defienden sus votantes, es un claro síntoma –uno más– de las carencias del liderazgo de Rajoy. Una falta de liderazgo que se ha manifestado hasta en la incomodidad del presidente del PP a la hora de atender a los periodistas y en su incapacidad de poner fin, por sí mismo, a la rueda de prensa. ¿Se imaginan a González o a Aznar teniendo que pedir ayuda a su directora de comunicación para poner fin a una rueda de prensa, en lugar de tener la iniciativa de agradecer a los periodistas su interés y levantarse de la mesa?

Que el presidente de una formación como UPN, que se lo debe todo al PP, se permita cuestionar la unidad de la oposición que ambos partidos deben representar al Gobierno de Zapatero es consecuencia directa de esos complejos y de esa falta de liderazgo que padece el Partido Popular. También los son algunas disonancias en el discurso que se perciben en otras comunidades como Cataluña, Galicia, Baleares o incluso la Comunidad Valenciana.

En cualquier caso, si alarmante es la posibilidad de que UPN no ejerza en el Congreso la oposición que merece un Gobierno como el de Zapatero, conviene recordar que esa disposición de Sanz ya la manifestó el propio Rajoy ante la segunda investidura de Zapatero, cuando a escasos días del pleno, el líder de la oposición dijo "no tener definido el sentido de su voto". El temor a ser tildado de "crispador" se disfrazó entonces de sensatez, y esa falsa sensatez hace peligrar la firmeza y unidad de una oposición que, por el bien de España –incluida Navarra– es más necesaria que nunca.

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