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Pedro de Tena

El cachondeo de la deuda histórica

El PSOE no dio ni una peseta en concepto de deuda histórica desde 1982 a 1996. Es más, nunca se alzó una voz en el Partido Socialista –en público, claro, que es cuando se alza la voz–, criticando el abandono de la misma.

Se llama "deuda histórica" a una cantidad de dinero, jamás cuantificada por nadie, que resulta como consecuencia de la Disposición Adicional Segunda del primer Estatuto de Autonomía de Andalucía, conocido también como Estatuto de Carmona, que decía lo siguiente:

Segunda

1. Dadas las circunstancias socioeconómicas de Andalucía, que impiden la prestación de un nivel mínimo en alguno o algunos de los servicios efectivamente transferidos, los Presupuestos Generales del Estado consignarán, con especificación de su destino y como fuentes excepcionales de financiación, unas asignaciones complementarias para garantizar la consecución de dicho nivel mínimo.

2. Los criterios, alcance y cuantía de dichas asignaciones excepcionales serán fijados para cada ejercicio por la Comisión Mixta paritaria Estado-Comunidad Autónoma a que se hace referencia en el apartado 2 de la Disposición transitoria sexta.

Si se tiene en cuenta que este Estatuto fue firmado por el Rey en diciembre de 1981 (en Baqueira Beret, nada menos y al parecer), se entenderá mejor qué se quiso decir con ella. En aquellos tiempos, como ahora, la diferencia de los niveles básicos de infraestructuras y niveles de bienestar era muy importante. La desigualdad se interpretaba como el resultado de un abandono político de Andalucía por parte del régimen franquista, más centrado en evitar el resurgimiento de los nacionalismos catalán y vascos y a cuyas regiones de referencia dedicó muchos recursos estatales. Por poner un ejemplo, mientras Cataluña y el País Vasco disponían de miles de kilómetros de autopistas, Andalucía sólo contaba con los 78 kilómetros que unían Sevilla y Jerez.

Se entendía, pues, que era de justicia que el Estado español, responsable del tercermundismo de Andalucía, compensara con más inversiones el subdesarrollo sobrevenido. Hasta aquí y al menos, comprensible.

Pero llegó don Felipe González al poder y en 14 años de gobierno jamás consintió en aplicar esta disposición adicional. Es decir, que el PSOE no dio ni una peseta en concepto de deuda histórica desde 1982 a 1996. Es más, nunca se alzó una voz en el Partido Socialista –en público, claro, que es cuando se alza la voz–, criticando el abandono de la misma. Eso sí, cuando dejó el poder, Andalucía tenía nada más y nada menos que una tasa de paro del 33 por ciento y, salvo la Expo 92 en Sevilla, pocas inversiones serias hubo para renovar las infraestructuras y servicios andaluces.

Fue Aznar, el malvado antiandaluz, el primer presidente que pagó una cantidad única en concepto de "deuda histórica" al señor Chaves que, afónico políticamente durante los gobiernos de González e incluso cómplice de ellos puesto que fue ministro de Trabajo y Seguridad Social, recuperó la voz y el grito nada más ganar el PP las elecciones para reclamarle –si alguien se sorprende es que no conoce al PSOE andaluz– el pago urgente de la deuda histórica.

Aznar pagó 20.000 millones de las antiguas pesetas, unos 120 millones de euros. La cantidad no era caprichosa. Era el resultado de una negociación establecida entre el PSOE e Izquierda Unida. Su conclusión fue una cantidad escrita en una servilleta de papel de bar. La cantidad era "20.000 millones" de pesetas. Esa negociación tuvo lugar antes de la victoria electoral del Partido Popular. Felipe González prometió aportar ese anticipo si ganaba las elecciones, pero las perdió. Y el PP se atuvo a esa promesa y pagó. No le sirvió de mucho, porque de aquella cifra jamás quiso saber nada nadie, dado que lo relevante y urgente era cargarse al Gobierno de Aznar.

Aznar nunca dijo nada más sobre la deuda histórica, por lo que sufrió la embestida, una y otra vez, del presidente Chaves que, aprovechándose de la mala memoria del personal, trató de convencer a los andaluces de que Aznar era el diablo en persona por no pagar lo que él decía. Del vergonzoso comportamiento socialista en este asunto, ni media palabra.

Y llegó Zapatero, que decía que sí a todo, pero que endespués no hacía nada. Había prometido un anticipo de 300 millones de euros (fíjense cómo había crecido la cantidad en tiempos de la confrontación de Chaves, que había llegado a fijar el principal de la deuda en 900 millones de euros, cifra aprobada por el Parlamento Andaluz y la consejera entonces de Economía, Magdalena Álvarez), pero antes, tras una noche desenfrenada de cafés y dinero, el mismo Zapatero firmó la entrega de 3.000 millones de euros a los nacionalistas catalanes de CiU. ¿En concepto de qué? Pues de una "deuda histórica" que nadie, hasta ese momento, conocía. Y los pagó ipso facto mientras los pobrecitos 300 millones andaluces descansaban en paz.

Finalmente, Zapatero, vía Solbes, no tuvo otro remedio que apoquinar los 300 millones prometidos como anticipo en abril de 2008, once años después del primer pago que realizó el malvado Aznar, el primer presidente del gobierno de España que tuvo el detalle de cumplir algo con Andalucía. Pero Zapatero, siempre tan parlanchín, se comprometió, además, a liquidar el importe total de la deuda antes del 20 de septiembre de este año, o sea, la semana que viene. Y claro, las cosas se han complicado.

Chaves no ha querido calcular el importe que falta de tal deuda, ni ha querido que la calcule el parlamento andaluz, en el cual manda y pastorea con mayoría absoluta. Venga y venga a marear la perdiz pero el plazo ya está aquí. Y ahora, el presidente Chaves comienza a decir que ve muy difícil se resuelva el asunto de la deuda histórica debido a la situación de crisis (y calla, claro, que no pueden cabrear al tripartito catalán al que se ha toreado en la negociación "bilateral" sobre financiación autonómica saltándose a la torera el plazo comprometido). Zapatero pide calma a sus bases del Sur y Javier Arenas dignidad y un comportamiento enérgico a un Manuel Chaves que empieza a arrugarse como una pasa. Mientras tanto, baja el número de empresas creadas en Andalucía respecto al año pasado y el paro sube hasta las 613.000 personas.

¿Es o no es un cachondeo esto de la deuda histórica andaluza, que lleva ya 27 años generando intereses porque nunca nadie la paga del todo?

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