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Amando de Miguel

Frases hechas y por hacer

El idioma español suena de un modo tajante, así que la rebaja indicada lo puede hacer más amable. Es como algunos vinos castizos (Cariñena, Jumilla, Toro), que están mejor un poco rebajados.

José Antonio Fernández (Tres Cantos, Madrid) precisa que la frase publicitaria imposible es nada "no es eslogan de los futbolistas españoles ni del fabricante norteamericano Nike, sino de su gran competidor a nivel mundial, la alemana Adidas". Su opinión es que "el mensaje que quiere transmitir es algo como lo imposible no cuesta nada o bien, dicho con más palabras, cualquier reto deportivo que te propongas, por imposible que parezca, lo alcanzarás sin el menor esfuerzo, a condición, naturalmente, de que lo lleves a cabo usando ropa y calzado de Adidas". Agradezco la precisión, pero sigo pensando que el dichoso eslogan es una memez. Ahora se ha puesto de moda un tipo de eslogan comercial o político que termina con la locución "es posible". Podríamos afirmar que "toda tontería es posible". Por otra parte, la promesa de que se puede alcanzar cualquier meta deportiva, por imposible que parezca, es una especie de estafa. Por si fuera poco, por influencia del inglés, se impone ahora el abuso del verbo "poder" en los eslóganes. Recuérdese el "nosotros podemos" ("sí se puede" en otra versión) de Obama, o el "si quieres, puedes" (con diversas variantes), al que recurren algunos eslóganes españoles. Si bien se mira, es gran tontería el voluntarismo de creer que uno puede conseguir todo lo que pretende. Es un resabio pueril.

Karim Carmone Pereira quiere saber si la locución "en plan (de)" es correcta o no. A mi modo de oír, se trata más bien de un coloquialismo que suena bien si no se abusa de lo que no es más que un artificio para construir circunloquios. Cuando se introduce en el lenguaje culto, estraga. Si se hace con gracia, el latiguillo puede conferir a la frase un matiz irónico o puede rebajar unos grados el juicio que de otra forma resultaría terminante. En principio el idioma español suena de un modo tajante, así que la rebaja indicada lo puede hacer más amable. Es como algunos vinos castizos (Cariñena, Jumilla, Toro), que están mejor un poco rebajados. Por ejemplo, véase la diferencia entre "se lo dijo autoritariamente" o "en plan autoritario". La segunda opción es un poco más suave. Hay otras formas de aligerar el tono tajante de la frase; por ejemplo, "como muy" o "a base de". La pudibunda y admirable María Moliner sostiene que lo de "a base de bien" le resulta "francamente malsonante". No soy yo tan puntilloso. Es claro que no es lo mismo un "zumo de frutas" que un "zumo a base de frutas". Tanto el "como muy" (un intermedio entre "muy" y "bastante") como el "a base de" quedan mejor en la expresión oral y sobre todo coloquial. Al ser fórmulas un tanto barrocas, no deben repetirse en un mismo párrafo o equivalente. Pero, en fin, todo es cuestión de gusto. Aunque sobre gustos ya lo creo que se puede disputar. Por ejemplo, pase lo de "a base de", pero lo de "en base a" o "bajo la base de" (que tanto se oyen) resultan atroces.

José Daniel López Salazar (Valladolid) se suma a la crítica de los pleonasmos como medio ambiente y no digamos medioambiental o medioambientalmente. El exceso lo ejemplifica don José Daniel en la canción de El Fari: "Te vas a casar con otro, con otro que no soy yo". Sin embargo, esa especie de insistencia redundante la encuentro muy en su punto, pues el énfasis da fuerza a la frase. En cambio, estoy de acuerdo con el horror de esta construcción que don José Daniel recogió de Radio Europa (26 de julio de 2008): "El autodaño que se hacen los chicos/chicas a sí mismos". Lástima que no completara la frase con "a sí mismos/mismas".

Don José Daniel opina que hay que ser muy tolerante con el baile involuntario de letras que inevitablemente se produce en estos escritos míos y los de otras personas en similares circunstancias. Añade: "si bien respeto al escrupuloso celo de algunos de sus colaboradores". Quiero entender que son esos puntillosos corresponsales que van a la caza de gazapillos. Sean bienvenidos a la montería.

Carmen Ibáñez Bravo (Palencia) recuerda que su madre empleaba la expresión "más grande que un orco" y quiere saber a qué se refería. Muy sencillo. El orco u orca es un bicho marino, algo así como una ballena. Su aspecto es enorme y amenazante.

Edelio de Miguel Pérez (primo mío) trabajó con mi padre algunos años y recuerda oírle una frase truncada: "a verlas venir, dejarlas pasar y...". La duda es cómo se puede concluir esa frase hecha. Lo ignoro. Espero que alguien nos eche una mano. Lo de "a verlas venir" es una expresión muy característica de la típica actitud castellana de resignación, paciente espera, buen conformar. El "dejarlas pasar" es más de lo mismo: no conceder mucha importancia a lo que pasa. Ataraxia dicen los cultos. Luego no sé cómo podría continuar la frase antedicha.

La actitud, tan española, de resignación la detecta asimismo Alfonso B.M. en los comentarios típico de los velatorios: "no somos nadie" o "es ley de vida". Por lo mismo, en la fiesta de la primera comunión, dice la abuela: "Tú vas p´arriba y yo voy menguando" o "me va dejando chiquitilla", porque la nieta crece. Don Alfonso opina que en los funerales lo más correcto es no hacerse notar más que lo estrictamente necesario. Añado que eso mismo es lo que hace el muerto. Pero muchas veces el más vivo es el que se hace notar en esas ocasiones con manifestaciones ostentosas.

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