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José García Domínguez

Misteriosos enigmas

Los socialistas han decidido nacionalizar la súbita desconfianza patológica de los banqueros hacia el prójimo, pagándosela, eso sí, a precio de oro. En consecuencia, piensan arrancar 150.000 millones de nuestros bolsillos.

Misterioso enigma, el del sistema financiero más sólido del mundo. Juran y perjuran que, merced a la clarividencia providencial de Mafo, fue el único en no pringarse hasta las cejas con el negocio de la basura colateral titulizada en base a subyacentes inciertos estructurados por tramos de insolvencia aleatoriamente errática –o como demonios se llamara el tocomocho de las subprime –, ni en quimeras fiduciarias por el estilo.

Pero, de creerles, la pregunta inmediata es obvia: ¿Por qué entonces ningún banco español quieren prestar ni un duro a nadie? Desconcertante paradoja a la que quizá no debe ser ajena la anorexia crónica del Servicio de Inspección del Banco de España (repárese en que frente a los 12.600 técnicos altamente cualificados que, por ejemplo, integran el Banco de Francia, el nuestro apenas cuenta con tres mil funcionarios en plantilla).

Así las cosas, comprenderá el lector que uno no se llame a asombro al descubrir en el titular a tropecientas columnas de El Mundo que "Zapatero garantiza el blindaje de la banca con el 15 % de la riqueza nacional [PIB]". En fin, vamos a dejar piadosamente de lado que en el periódico de Pedro Jota no sepan cuál es la diferencia entre el PIB y el PNB ("Nacional" remite al valor de lo que producimos los españoles –y sólo los españoles – en cualquier lugar del planeta; "interior", a lo que alguien, compatriota o no, realiza dentro de España ).

Y es que la cuestión radica en que los socialistas han decidido nacionalizar la súbita desconfianza patológica de los banqueros hacia el prójimo, pagándosela, eso sí, a precio de oro. En consecuencia, piensan arrancar 150.000 millones de nuestros bolsillos por ver de conjurar tanta desazón y templar espíritus tan delicados y medrosos. Consiste, pues, la terapia para esos enfermos imaginarios en un sablazo de dimensiones cósmicas a los contribuyentes que, como en tiempos del infausto Solchaga, venderán apelando al manido cuento chino de "la única política económica posible".

Y pensar que, apenas con un pelín de imaginación, se podría realizar una súbita inyección de dinero, fe, confianza, alegría, ilusión, esperanza y entusiasmo en todas las oficinas bancarias del país, sin que el milagro nos costase un solo céntimo. Al cabo, bastaría con anunciar la inminente sustitución de todos los billetes de 500 euros por un nuevo modelo aún por determinar.¡108 millones de billetes enclaustrados, cuando no enterrados en vida bajo piedras y baldosas, saltando de repente en dirección a la oficina más próxima de La Caixa! ¡55.000 millones de euros resucitando de golpe gracias al susto!¡El 5,5% del PIB –que no de la riqueza española– acudiendo en altruista y desinteresado auxilio del sistema financiero más sólido del mundo!

Y... ¡gratis total!

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