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LIBRO DE LA SEMANA
Retratos de época

Parece inevitable hablar de César Vidal y no preguntarse por el misterio de su laboriosidad. Javier Rubio

En una ocasión Carlos Alberto Montaner le dedicó un libro a César Vidal, felicitándose por haberlo acabado antes de que se le hubiera ocurrido a éste y lo hubiera escrito en su lugar. Al hablar de Vidal uno se pregunta por el misterio de su laboriosidad, cómo encuentra tiempo para además de estar presente constantemente en internet, prensa, radio y televisión como comentador y tertuliano –donde despliega con donosura la panoplia de sus innumerable saberes–, es capaz de redactar tantos libros como publica. A sus 43 años, tiene en su haber un centenar largo de ellos. Novelista de varia invención y abundante producción, es además fecundo investigador y divulgador de temas históricos, tanto remotos como recientes. Hombre de amplísima curiosidad, buen exprimidor de sus dotes intelectuales, el secreto de su ingente producción reside en su infatigable laboriosidad y en una casi prodigiosa capacidad para administrar su tiempo.

El último producto de la "factoría Vidal", valga la hipérbole, tampoco defraudará a quien lo lea. Obra de divulgación histórica, Los exploradores de la Reina nos presenta la biografía resumida de una docena de personajes británicos del siglo XIX, nombres legendarios en su tiempo, aunque sólo el de algunos haya sobrevivido. El común denominador de todos ellos es la condición de viajeros esforzados y el escenario exótico en el que transcurren sus hazañas. Desde el interior de África hasta la isla de Tonga, pasando por el Oriente Medio y la isla de Borneo. Unos fueron impulsados por el afán de dar a conocer lugares y pueblos remotos de los que los occidentales no tenían apenas o ninguna noticia, otros se vieron arrastrados por el celo misionero y los menos se trasladaron a los confines del mundo, para hacer valer sus recursos y su capacidad de adaptación en busca de fortuna y honores que les estaban vedados en su tierra de nacimiento o de origen.

Entre los más conocidos de estos personajes destaca las figuras de Burton, por los perfiles novelescos de su vida y porque su producción literaria, en especial su Peregrinación a Medina y La Meca, sigue siendo reeditada y leída como un clásico de la antropología y la literatura de viajes. Acaso más popular y duradera ha sido la fama que por sus andanzas por el centro de África alcanzó el explorador y misionero Livingstone. La memoria de algunos, como James Baker, menos conocidos por sus obras, se conserva en la producción literaria del italiano Salgari, cuyas novelas de aventuras siguen haciendo las delicias del gran público. Otros, en fin, son personajes casi olvidados fuera de los especialistas, como Shirley Baker, misionero metodista convertido en gobernante de la isla de Tonga.

El acierto de Vidal en este libro reside en haber dado con la estructura. Los once capítulos (los Blunt son un matrimonio y a Burton lo encontramos en dos escenarios) del grueso del libro son las biografías, precedidas por una breve introducción y seguidas de un apéndice bibliográfico. El autor domina el arte de condensar en una pocas páginas la personalidad del biografiado, los hechos decisivos, las circunstancias y los escenarios en los que transcurren. El conjunto va precedido por un prólogo en el que se destacan los muchos aspectos positivos que tuvo el largo reinado de la reina Victoria, frente a los lugares comunes tan arraigados por la literatura de izquierdas que nos lo presentan como una época nefasta desde el punto de vista de la "justicia social" y las costumbres. Cierra el libro un epílogo "políticamente incorrecto", en el que el autor destaca los aspectos positivos de la colonización y de los impulsos profundamente sentidos que llevaron a los personajes cuya vida nos ha contado a correr sus aventura individuales.

El último libro de Vidal, que acaso ya sea el penúltimo o el antepenúltimo, es de lectura muy amena, pero no por ello leve, pues está escrito distanciándose de las ideas recibidas y los tópicos más de moda, como la mitología viajera, de nuestros días. Condensa la fascinación que inspiran las aventuras de sus protagonistas, no elude los claroscuros de sus biografías y es al mismo tiempo un tributo, una reivindicación contracorriente de una época.

César Vidal, Los exploradores de la Reina y otros aventureros victorianos, Planeta, 2001, 320 páginas.