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EL POZO: Recuerdo por las 67 víctimas

Un centenar de madrileños se congregó en la estación de Cercanías de El Pozo del Tío Raimundo, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas, para recordar en absoluto silencio a las 67 personas que perdieron la vida el 11 de marzo de 2004, cuando, a las 7.37 horas, el tren procedente del Corredor del Henares con destino a Atocha registró dos fuertes explosiones en su interior.

Un centenar de madrileños se congregó en la estación de Cercanías de El Pozo del Tío Raimundo, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas, para recordar en absoluto silencio a las 67 personas que perdieron la vida el 11 de marzo de 2004, cuando, a las 7.37 horas, el tren procedente del Corredor del Henares con destino a Atocha registró dos fuertes explosiones en su interior.
L D (Agencias) La concentración, que se desarrolló en el andén en el que se produjo la masacre, estuvo encabezada por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, al que acompañaron la responsable municipal de Urbanismo, Pilar Martínez; la edil del distrito, Eva Durán; la portavoz de Izquierda Unida en la Casa de la Villa, Inés Sabanés; los concejales del PP José Manuel Berzal, Paloma García-Romero y Tomás Serrano; y los socialistas Rafael Merino, Manuel García-Hierro, Félix Arias y Pedro Sánchez, así como su compañero de partido y diputado en la Asamblea Francisco Garrido.
 
El momento en el que se cumplió el primer aniversario del atentado en la estación de El Pozo, el que más víctimas provocó de los cuatro que sufrió la capital aquel día, estuvo dominado por un largo silencio y el cruce de miradas entre el centenar de personas que se congregaba en el andén y los viajeros del tren de dos pisos que en ese instante hizo su entrada en la estación, idéntico al que hace un año registró las explosiones.
 
Hasta la estación de El Pozo, en la que comenzaba a amanecer, se acercaron algunas personas que con su presencia quisieron homenajear a los familiares y amigos que perdieron la vida en los atentados.
 
El pasillo de entrada a El Pozo también fue el escenario de otros homenajes anónimos, ya que desde primera hora de la mañana numerosos vecinos del barrio, en el que doblaban las campanas de la Iglesia del Buen Pastor, comenzaron a dejar velas y ramos de flores. Un pequeño cartel, situado junto a cinco cirios ilustrados con las letras del nombre Óscar, recogía el sentir de este escenario de la masacre: "Nunca os olvidaremos".

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