L D (EFE) La junta de directores nombró a Edward Brennan, un ex presidente de Sears de 69 años, presidente ejecutivo, y a Gerard Arpey, un ejecutivo de 44 años que ha hecho su carrera en American, como consejero delegado. Arpey se reunió con representantes sindicales tras su nombramiento para intentar salvar el acuerdo sobre concesiones salariales que se había pactado hace una semana para evitar la quiebra de la compañía.
American Airlines evitó la pasada semana buscar la protección de los tribunales frente a los acreedores después de lograr acuerdos con tres sindicatos para rebajar los costes salariales anuales en 1.600 millones de dólares, a lo que se sumaría un ahorro de otros 200 millones de dólares en pagos a otros colectivos. Las informaciones divulgadas esta semana de que algunos directivos se habían asegurado elevadas compensaciones aún en el caso de que la empresa se viera obligada a acogerse al capítulo 11 de la Ley de Bancarrota desencadenaron las protestas de los empleados y forzaron a revisar las concesiones.
Dos de los sindicatos que suscribieron los acuerdos y que representan a los asistentes de vuelo y los mecánicos, entre otros grupos, amenazaron incluso con replantearse el voto anterior. Los negociadores de la empresa y los líderes sindicales llegaron el jueves a un acuerdo de principio para revisar los recortes salariales y reducir en un año el plazo en el que estarían en vigor esas reducciones. El acuerdo de principio incluía incentivos para compensaciones económicas adicionales en función de sus resultados, según fuentes sindicales.
Los sindicatos de pilotos y el que representa a mecánicos y trabajadores de tierra aceptaron las propuestas que suavizaban las primeras concesiones, pero el de asistentes de vuelo las rechazó porque no les permitían someter el plan a votación entre sus afiliados.
American Airlines evitó la pasada semana buscar la protección de los tribunales frente a los acreedores después de lograr acuerdos con tres sindicatos para rebajar los costes salariales anuales en 1.600 millones de dólares, a lo que se sumaría un ahorro de otros 200 millones de dólares en pagos a otros colectivos. Las informaciones divulgadas esta semana de que algunos directivos se habían asegurado elevadas compensaciones aún en el caso de que la empresa se viera obligada a acogerse al capítulo 11 de la Ley de Bancarrota desencadenaron las protestas de los empleados y forzaron a revisar las concesiones.
Dos de los sindicatos que suscribieron los acuerdos y que representan a los asistentes de vuelo y los mecánicos, entre otros grupos, amenazaron incluso con replantearse el voto anterior. Los negociadores de la empresa y los líderes sindicales llegaron el jueves a un acuerdo de principio para revisar los recortes salariales y reducir en un año el plazo en el que estarían en vigor esas reducciones. El acuerdo de principio incluía incentivos para compensaciones económicas adicionales en función de sus resultados, según fuentes sindicales.
Los sindicatos de pilotos y el que representa a mecánicos y trabajadores de tierra aceptaron las propuestas que suavizaban las primeras concesiones, pero el de asistentes de vuelo las rechazó porque no les permitían someter el plan a votación entre sus afiliados.