(Libertad Digital) La Guía de Campaña del PSOE para las elecciones del 25 de mayo, a la que ha tenido acceso la agencia Europa Press, dice que "actualmente nos encontramos en el final de un ciclo político que se inició en el año 1993". Casi interpretan una eventual victoria socialista como algo automático que no depende de nada más que de ese ciclo inexistente.
Dicen que desde las elecciones de 1993 no han ganado unas elecciones de ámbito nacional y centran "el objetivo general del PSOE en las elecciones del 25 de mayo es que los ciudadanos" les otorgue "su confianza mayoritaria" volviendo al otro ciclo, al que interpretan que llega indefectiblemente, el del PSOE.
Qué queda del PSOE sin Prestige y sin guerra
La guía de campaña sugiere a los candidatos socialistas que sepan explicar que desde 2002 se produjo "un lento pero inexorable desgaste político y electoral del PP, que se ha acelerado en los últimos cinco meses tras la catástrofe del Prestige y con la crisis de Irak". Esa es la clave. Apoyarse en la calle y la pancarta. Como recordó con habilidad el vicepresidente Rajoy, sin Prestige y sin guerra es difícil saber qué habría aportado el PSOE a estas elecciones.
Irak y la marea negra –perfectamente combinados por cierto tanto en las como en los escasos discursos políticos de la oposición– "han acentuado un distanciamiento entre el gobierno y la ciudadanía y han servido para afianzar la idea de que España tiene un gobierno ineficaz, autoritario y alejado de las preocupaciones y de la opinión de la mayoría de los ciudadanos".
Añade la guía que "El No a la guerra es mucho más que un no. Es un sí rotundo a un mundo más justo. Es un sí a la fuerza de la razón frente a la razón de la fuerza. Es un sí a la democracia. Es un sí a la política de convicciones, de principios, a una política que escuche a la gente". Pero para no quedarse sólo en estos dos ejes –válidos por igual para PSOE y para IU– la guía del candidato socialista añade que todo ello "se combina con el final del optimismo económico, y con la emergencia de un sentimiento de inseguridad y desprotección en muchos sectores sociales".
Eso sí, todo sin insultos
En un intento por convencerse de que el Prestige e Irak no lo es todo, dicen que ambos asuntos "no puede ni debe desplazar el debate político electoral" durante la campaña, que quieren desarrollar "alejada de la tensión y la crispación" a la que, dicen, Aznar y el PP les quieren llevar. Si la Guía de Campaña llega a manos de Felipe González, tendrá que revisar sus intenciones para este periodo electoral en el que participará activamente.
Analizan también desde Ferraz, el grado de compromiso del PP con su programa electoral: "Demasiadas promesas incumplidas, demasiadas desilusiones en muy poco tiempo, demasiada distancia con la gente, demasiadas imposiciones hacen que muchos ciudadanos piensen que el tiempo del PP debe tocar a su fin".
Una España cohesionada
Añaden los socialistas que "frente a un PP separador, previsible en sus ataques y descalificaciones, que acusa de deslealtad a todo el que discrepa o disiente, es hora de impulsar la España integradora, cohesionada socialmente, un país que es fiel reflejo de la España que las españolas y los españoles quieren". "En esta campaña se confrontan dos formas de pensar y de actuar, dos programas distintos y también dos formas diferentes de aplicarlos".
Dicen que desde las elecciones de 1993 no han ganado unas elecciones de ámbito nacional y centran "el objetivo general del PSOE en las elecciones del 25 de mayo es que los ciudadanos" les otorgue "su confianza mayoritaria" volviendo al otro ciclo, al que interpretan que llega indefectiblemente, el del PSOE.
Qué queda del PSOE sin Prestige y sin guerra
La guía de campaña sugiere a los candidatos socialistas que sepan explicar que desde 2002 se produjo "un lento pero inexorable desgaste político y electoral del PP, que se ha acelerado en los últimos cinco meses tras la catástrofe del Prestige y con la crisis de Irak". Esa es la clave. Apoyarse en la calle y la pancarta. Como recordó con habilidad el vicepresidente Rajoy, sin Prestige y sin guerra es difícil saber qué habría aportado el PSOE a estas elecciones.
Irak y la marea negra –perfectamente combinados por cierto tanto en las como en los escasos discursos políticos de la oposición– "han acentuado un distanciamiento entre el gobierno y la ciudadanía y han servido para afianzar la idea de que España tiene un gobierno ineficaz, autoritario y alejado de las preocupaciones y de la opinión de la mayoría de los ciudadanos".
Añade la guía que "El No a la guerra es mucho más que un no. Es un sí rotundo a un mundo más justo. Es un sí a la fuerza de la razón frente a la razón de la fuerza. Es un sí a la democracia. Es un sí a la política de convicciones, de principios, a una política que escuche a la gente". Pero para no quedarse sólo en estos dos ejes –válidos por igual para PSOE y para IU– la guía del candidato socialista añade que todo ello "se combina con el final del optimismo económico, y con la emergencia de un sentimiento de inseguridad y desprotección en muchos sectores sociales".
Eso sí, todo sin insultos
En un intento por convencerse de que el Prestige e Irak no lo es todo, dicen que ambos asuntos "no puede ni debe desplazar el debate político electoral" durante la campaña, que quieren desarrollar "alejada de la tensión y la crispación" a la que, dicen, Aznar y el PP les quieren llevar. Si la Guía de Campaña llega a manos de Felipe González, tendrá que revisar sus intenciones para este periodo electoral en el que participará activamente.
Analizan también desde Ferraz, el grado de compromiso del PP con su programa electoral: "Demasiadas promesas incumplidas, demasiadas desilusiones en muy poco tiempo, demasiada distancia con la gente, demasiadas imposiciones hacen que muchos ciudadanos piensen que el tiempo del PP debe tocar a su fin".
Una España cohesionada
Añaden los socialistas que "frente a un PP separador, previsible en sus ataques y descalificaciones, que acusa de deslealtad a todo el que discrepa o disiente, es hora de impulsar la España integradora, cohesionada socialmente, un país que es fiel reflejo de la España que las españolas y los españoles quieren". "En esta campaña se confrontan dos formas de pensar y de actuar, dos programas distintos y también dos formas diferentes de aplicarlos".