L D (EFE) La postura adoptada por el PSOE a raíz de la guerra de Irak y el uso que de ella pretendían hacer los socialistas han marcado el discurso de Aznar. El presidente del Gobierno se refirió en varias ocasiones a la “coalición Zapatero-Llamazares” y pidió al líder del PSOE que aclare si la va a seguir manteniendo. Si fuera así, dijo Aznar, sería un riesgo y llevaría a “parar” España. El jefe del Ejecutivo insistió en que Zapatero debe explicar si irá de la mano de “los comunistas”. En este punto, recordó que en la coalición hay dirigentes como Javier Madrazo que “respalda el plan secesionista del señor Ibarretxe y llama terrorista al presidente del Gobierno de España”. Durante la clausura de la Convención de interventores y apoderados del PP, Aznar exigió al PSOE que defina de una vez por todas su modelo de Estado y diga si defiende la estabilidad constitucional frente a “aventuras” y “frivolidades”.
También lamentó que la oposición tuviera “montado el negocio” pensando en que la guerra iba a durar más tiempo cuando en realidad no le importaban las víctimas iraquíes ni le importan ahora las del régimen cubano. Fue entonces cuando agradeció a los militantes del PP su “ejemplo de civismo”. Tras acusar a la oposición de buscar “atajos callejeros” para llegar al poder por la vía de la “intimidación”, dijo que se han quedado “con un palmo de narices” quienes intentaron que dirigentes del PP “traicionasen” al partido.
Aznar deseó suerte a los candidatos del PP y especialmente a su “candidata preferida”, en alusión a su esposa y explicó que uno de sus hijos, José María, ha decidido también ahora afiliarse al PP.
Zapatero no acepta lecciones
El secretario general del PSOE pidió al presidente del Gobierno que no dé lecciones de oposición a las dictaduras, y le preguntó por qué no acudió ni él ni ningún miembro del Ejecutivo a la concentración contra el régimen de Cuba, si dice que era tan importante.
Zapatero recomendó a Aznar que sea “responsable”, porque los socialistas podrían preguntar “dónde estaban ellos cuando aquí sí teníamos una dictadura”. También recordó que él no ha querido “estar con Fidel Castro, dijo que Aznar quiere decidir quién va, cuando y cómo a las manifestaciones”, se preguntó “qué fuerza moral tiene si no estaba él” en esa concentración y le reprochó que, en lugar de “coraje democrático”, haga gala de “correaje democrático”.
El líder socialista consideró que el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene razón cuando dice que las cosas cambiarán tras Aznar, porque “lo primero que cambiará será el partido en el Gobierno”: será el PSOE. Además, dijo que cambiará la forma de gobernar, el “talante”, para hacerlo “con más sensibilidad, en el Parlamento y en todos los órdenes de la vida democrática” porque “se escuchará a la gente y se respetará a quien discrepa”, en lugar de “demonizarlo”.
También lamentó que la oposición tuviera “montado el negocio” pensando en que la guerra iba a durar más tiempo cuando en realidad no le importaban las víctimas iraquíes ni le importan ahora las del régimen cubano. Fue entonces cuando agradeció a los militantes del PP su “ejemplo de civismo”. Tras acusar a la oposición de buscar “atajos callejeros” para llegar al poder por la vía de la “intimidación”, dijo que se han quedado “con un palmo de narices” quienes intentaron que dirigentes del PP “traicionasen” al partido.
Aznar deseó suerte a los candidatos del PP y especialmente a su “candidata preferida”, en alusión a su esposa y explicó que uno de sus hijos, José María, ha decidido también ahora afiliarse al PP.
Zapatero no acepta lecciones
El secretario general del PSOE pidió al presidente del Gobierno que no dé lecciones de oposición a las dictaduras, y le preguntó por qué no acudió ni él ni ningún miembro del Ejecutivo a la concentración contra el régimen de Cuba, si dice que era tan importante.
Zapatero recomendó a Aznar que sea “responsable”, porque los socialistas podrían preguntar “dónde estaban ellos cuando aquí sí teníamos una dictadura”. También recordó que él no ha querido “estar con Fidel Castro, dijo que Aznar quiere decidir quién va, cuando y cómo a las manifestaciones”, se preguntó “qué fuerza moral tiene si no estaba él” en esa concentración y le reprochó que, en lugar de “coraje democrático”, haga gala de “correaje democrático”.
El líder socialista consideró que el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene razón cuando dice que las cosas cambiarán tras Aznar, porque “lo primero que cambiará será el partido en el Gobierno”: será el PSOE. Además, dijo que cambiará la forma de gobernar, el “talante”, para hacerlo “con más sensibilidad, en el Parlamento y en todos los órdenes de la vida democrática” porque “se escuchará a la gente y se respetará a quien discrepa”, en lugar de “demonizarlo”.