L D (EFE) Barrichello, primero, y Michael Schumacher, después, no han dado la más mínima oportunidad a Fernando Alonso para que éste pudiera estar en la primera fila. Con una velocidad punta del Renault de 307,7 kilómetros por hora, la decimocuarta entre los veinte participantes, frente a los 325,4 a la hora del brasileño y los 322,2 del alemán, los más rápidos, indican lo desigual que ha sido la lucha. Además ni Michael Schumacher, que ha conseguido por quincuagésima tercera ocasión el primer puesto en la formación de salida, ni Rubens Barrichello, han cometido el más mínimo error, quizá porque no tenían que forzar al máximo.
Lo conseguido por Alonso ha sido un sueño para él y para los miles de aficionados, muchos de ellos asturianos, que han hecho ondear la bandera del Principado, para celebrar el mejor resultado de un piloto español en su Gran Premio. Por la mañana, el ovetense había confirmado que el Renault R23 se adapta perfectamente al trazado del circuito. Lástima la falta de potencia del motor. Y en los entrenamientos libres de la mañana había sido el más rápido por delante de Barrichello, de Trulli y Schumacher. Eso era una buena señal. En las últimas pruebas libres, media hora antes de iniciarse la sesión de clasificación, en la que normalmente se realizan uno o dos intentos de vuelta rápida para comprobar el límite del coche, Alonso había sido batido por tan sólo 56 milésimas por Barrichello.
La vuelta del asturiano, salvo un pequeño descontrol, menor que el que tuvo ayer entre la segunda y tercera vuelta fue muy buena, hasta el punto que detrás suyo salieron los McLaren-Mercedes que dominan el mundial y el británico David Coulthard se quedaba a nueve décimas y el finlandés Kimi Raikkonen, líder, se salía de la pista y no terminaba la vuelta, con lo que mañana saldrá último. Por un momento se pensó que podía ocurrir igual que en Malasia, en donde también salió el sábado en undécima posición. Y así pasó hasta que les tocó el turno a los Ferrari, que como ha ocurrido en los últimos años, parece que van a volver a disputar otra carrera.
El líder del Mundial, Kimi Raikkonen, ha sido el gran damnificado de la jornada, ya que en su vuelta rápida se salió de la pista. Ya le ocurrió en la primera carrera en Australia, y no llegó a completarla. Dentro de lo malo, el finlandés que tendrá que partir desde la última posición el domingo, tendrá el coche perfectamente a punto, ya que no ha tenido que quedarse en el parque cerrado y los mecánicos podrán trabajar en el coche hasta el momento mismo de la salida y decidir la gasolina que llevará de acuerdo con la estrategia más oportuna.
La formación de salida ha quedado muy alterada con respecto a anteriores carreras, ya que tras las dos primeras filas Ferrari y Renault, en la tercera estarán el británico Jenson Button (BAR-Honda) y el francés Olivier Panis (Toyota), mientras que la cuarta será para el alemán Ralf Schumacher (Williams BMW) y el británico David Coulthard (McLaren-Mercedes). El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams BMW) ha tenido que utilizar el coche de reserva, porque poco antes de los últimos entrenamientos libres se detectó un problema en la bomba de gasolina y eso no le permitió terminar en un puesto mejor que en el noveno.
Lo conseguido por Alonso ha sido un sueño para él y para los miles de aficionados, muchos de ellos asturianos, que han hecho ondear la bandera del Principado, para celebrar el mejor resultado de un piloto español en su Gran Premio. Por la mañana, el ovetense había confirmado que el Renault R23 se adapta perfectamente al trazado del circuito. Lástima la falta de potencia del motor. Y en los entrenamientos libres de la mañana había sido el más rápido por delante de Barrichello, de Trulli y Schumacher. Eso era una buena señal. En las últimas pruebas libres, media hora antes de iniciarse la sesión de clasificación, en la que normalmente se realizan uno o dos intentos de vuelta rápida para comprobar el límite del coche, Alonso había sido batido por tan sólo 56 milésimas por Barrichello.
La vuelta del asturiano, salvo un pequeño descontrol, menor que el que tuvo ayer entre la segunda y tercera vuelta fue muy buena, hasta el punto que detrás suyo salieron los McLaren-Mercedes que dominan el mundial y el británico David Coulthard se quedaba a nueve décimas y el finlandés Kimi Raikkonen, líder, se salía de la pista y no terminaba la vuelta, con lo que mañana saldrá último. Por un momento se pensó que podía ocurrir igual que en Malasia, en donde también salió el sábado en undécima posición. Y así pasó hasta que les tocó el turno a los Ferrari, que como ha ocurrido en los últimos años, parece que van a volver a disputar otra carrera.
El líder del Mundial, Kimi Raikkonen, ha sido el gran damnificado de la jornada, ya que en su vuelta rápida se salió de la pista. Ya le ocurrió en la primera carrera en Australia, y no llegó a completarla. Dentro de lo malo, el finlandés que tendrá que partir desde la última posición el domingo, tendrá el coche perfectamente a punto, ya que no ha tenido que quedarse en el parque cerrado y los mecánicos podrán trabajar en el coche hasta el momento mismo de la salida y decidir la gasolina que llevará de acuerdo con la estrategia más oportuna.
La formación de salida ha quedado muy alterada con respecto a anteriores carreras, ya que tras las dos primeras filas Ferrari y Renault, en la tercera estarán el británico Jenson Button (BAR-Honda) y el francés Olivier Panis (Toyota), mientras que la cuarta será para el alemán Ralf Schumacher (Williams BMW) y el británico David Coulthard (McLaren-Mercedes). El colombiano Juan Pablo Montoya (Williams BMW) ha tenido que utilizar el coche de reserva, porque poco antes de los últimos entrenamientos libres se detectó un problema en la bomba de gasolina y eso no le permitió terminar en un puesto mejor que en el noveno.