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Juan Pablo II regresa al Vaticano tras recibir un baño de multitudes sin precedentes en España

El Papa se despidió con un "hasta siempre España" en su quinta visita, en la que canonizó a cinco beatos españoles y durante la cual estuvo arropado por más de dos millones de personas. El Pontífice hizo un llamamiento para mantener la unidad de España y pidió a los jóvenes que rechacen los nacionalismos exasperados.

L D (EFE) Bajo el lema "Seréis mis testigos", el Papa Wojtila cumplió su quinta visita a España en 25 años de pontificado, que incluyó, el sábado, un encuentro con la juventud, y culminó este domingo con la canonización de cinco beatos españoles. El viaje, el número 99 de Juan Pablo II, motivó que decenas de miles de ciudadanos de todo el país aprovecharan el puente festivo para acudir a Madrid y participar en unos actos que también fueron presenciados por cientos de peregrinos procedentes de Iberoamérica.

El Papa abandonó Madrid a las siete de la tarde del domingo en medio de una multitud que acudió a Barajas a despedirle. Entre otras autoridades, Juan Pablo II fue despedido por los Reyes, el presidente del Gobierno, José María Aznar, los presidentes del Congreso y el Senado y las autoridades eclesiásticas. Por la mañana, cientos de miles de personas se congregaron en la Plaza de Colón y sus alrededores para asistir a la proclamación como santos de cinco beatos españoles. Fue el acto principal de la quinta visita del Papa a España, marcada por la multitud que le ha arropado desde su llegada.

El Papa Juan Pablo II proclamó en Madrid santos a los beatos españoles Sor Ángela de la Cruz, la carmelita Madre Maravillas de Jesús, la monja Genoveva Torres Morales y los sacerdotes Pedro Poveda y José María Rubio. Los nuevos santos fueron proclamados como tales a las 10.45 horas del domingo, mientras los cientos de miles de personas presentes en la plaza de Colón y avenidas adyacentes rompieron en aplausos, que duraron varios minutos y sonaba música sacra.

Durante la ceremonia, Su Santidad pidió a España que no "rompa sus raíces cristianas". "Surgirán nuevos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida. La fe cristiana constituye la identidad del pueblo español. Conocer y profundizar el pasado de un pueblo es afianzar y enriquecer su propia identidad", afirmó el Pontífice. También le pidió a los católicos españoles que no tengan miedo a mostrarse en público como discípulos de Jesús y a España que, "siguiendo su pasado de valiente evangelización, siga siendo hoy testigo de Jesucristo Resucitado".

Provenientes de toda España, cientos de miles de fieles se reunieron en torno a la Plaza de Colón, bajo un sol más intenso que el que cayó este sábado en Madrid, con el color de numerosas banderas españolas y de las comunidades autónomas y la música que entonaba la gente junto al ya clásico “Juan Pablo II te quiere todo el mundo”.

El Papa llegó a la zona poco antes de la diez de la mañana y recorrió en su “papamóvil” las calles colindantes para recibir el calor de los fieles que se congregaron al paso de la comitiva desde su salida de la Nunciatura hasta el centro de la capital. Tras el agradecimiento que el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, dio al Papa por su visita a España, el Pontífice comenzó el rito de la canonización. Con Juan Pablo II compartieron el palco, de casi un centenar de metros de largo, un millar y medio de sacerdotes que repartieron la comunión. Con estos cinco nuevos santos españoles, el Papa ha proclamado en sus casi veinticinco años de pontificado un total de 469 santos y 1.314 beatos.

Concluida la ceremonia, el Papa se despidió de los españoles con un "hasta siempre España", "hasta siempre tierra de María". Tampoco faltó una referencia la juventud, a la que dió las gracia por su numerosa presencia en el acto del sábado en Cuatro Vientos. "Se puede ser moderno y fiel ha Jesús", dijo Juan Pablo II. "Ellos son la gran esperanza del futuro de España y de la Europa cristiana. El futuro les pertenece. Adiós España".

En 2006, se celebrará en Valencia la Jornada Mundial de la Familia. Si su salud se lo permite, el Pontífice regresará ese año a la "Tierra de María".

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