LD (EFE) Así se recoge en un artículo del Servicio de Estudios del Banco de España, publicado en su último Boletín Económico, en el que se precisa que desde mediados de los años 90 el crédito concedido a las familias "experimentó una rápida expansión", con tasas interanuales que alcanzaron el 17 por ciento a finales de 1998.
Aunque a partir de esa fecha se ha observado una desaceleración, los ritmos de concesión de créditos continúan "siendo elevados", por encima del 10 por ciento, y en su mayor parte se destinan a la adquisición de viviendas. Del total del crédito concedido a hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares, la financiación para adquisición de viviendas representaba al término del tercer trimestre del 2002 el 71 por ciento, frente al 65 por ciento que suponía en 1995.
El artículo pone de manifiesto que el crecimiento experimentado por la financiación recibida por las familias coincide con la expansión del consumo, con la "fuerte reducción de los tipos de interés y el intenso proceso de creación de empleo". Estas dos últimas variables recogen, básicamente, "el efecto de los cambios estructurales de la economía española a raíz de su entrada en la Unión Económica Monetaria (UEM) y de las reformas emprendidas en el mercado de trabajo, factores que han permitido aumentar el nivel de endeudamiento sostenible de las familias".
Según los últimos datos estadísticos publicados por el Banco de España, la deuda financiera de las familias españolas alcanzó al término del 2002 un nuevo máximo histórico, con 448.292 millones de euros, lo que representa el 64,6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Esta cifra supone más del doble que en 1995 (188.000 millones de euros), cuando el endeudamiento financiero de las familias apenas representaba el 43 por ciento del PIB. Del total de la deuda financiera de las familias al término del 2002, según el Banco de España, el 78 por ciento, algo más de 350.000 millones, corresponden a préstamos a largo plazo, que incluyen principalmente los créditos hipotecarios.
Aunque a partir de esa fecha se ha observado una desaceleración, los ritmos de concesión de créditos continúan "siendo elevados", por encima del 10 por ciento, y en su mayor parte se destinan a la adquisición de viviendas. Del total del crédito concedido a hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares, la financiación para adquisición de viviendas representaba al término del tercer trimestre del 2002 el 71 por ciento, frente al 65 por ciento que suponía en 1995.
El artículo pone de manifiesto que el crecimiento experimentado por la financiación recibida por las familias coincide con la expansión del consumo, con la "fuerte reducción de los tipos de interés y el intenso proceso de creación de empleo". Estas dos últimas variables recogen, básicamente, "el efecto de los cambios estructurales de la economía española a raíz de su entrada en la Unión Económica Monetaria (UEM) y de las reformas emprendidas en el mercado de trabajo, factores que han permitido aumentar el nivel de endeudamiento sostenible de las familias".
Según los últimos datos estadísticos publicados por el Banco de España, la deuda financiera de las familias españolas alcanzó al término del 2002 un nuevo máximo histórico, con 448.292 millones de euros, lo que representa el 64,6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Esta cifra supone más del doble que en 1995 (188.000 millones de euros), cuando el endeudamiento financiero de las familias apenas representaba el 43 por ciento del PIB. Del total de la deuda financiera de las familias al término del 2002, según el Banco de España, el 78 por ciento, algo más de 350.000 millones, corresponden a préstamos a largo plazo, que incluyen principalmente los créditos hipotecarios.