L D (Agencias) Con 222 votos a favor y 203 en contra, el resultado siguió estrictamente las divisiones de partidos. La mayoría republicana apoyó la medida con el argumento compartido con el presidente, George W. Bush, de que la medida ayudará a reanimar la decaída economía de EEUU, mientras que la oposición demócrata se opuso por el déficit público que generará. "Ha llegado la hora de poner en marcha la economía", dijo tras la votación el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, quien calculó que la medida añadirá entre un punto y un punto y medio al crecimiento económico.
La Casa Blanca emitió inmediatamente un comunicado en el que señala que la aprobación de esta iniciativa supone "un paso adelante firme y positivo que ayudará a la economía". El Senado estadounidense tiene previsto votar la próxima semana una rebaja fiscal mucho menor, de 421.000 millones, lo que forzará a ambas cámaras a negociar una cifra conjunta. La Casa Blanca, que presentó en enero una propuesta para reducir impuestos por valor de 726.000 millones de dólares en un plazo de diez años, apoya la versión de la Cámara de Representantes, a fin de conseguir la mayor disminución posible.
El presidente Bush y varios miembros de su Gobierno llevan a cabo una intensa campaña de presión por los estados de los senadores moderados que se muestran reticentes a que la reducción fiscal que se apruebe supere los 350.000 millones de dólares. Bush había propuesto eliminar totalmente los impuestos sobre los dividendos que reciben los accionistas, pero la Cámara de Representantes sólo los redujo de la actual tasa del 38,6 por ciento al 15 por ciento. Ello supone una matización de la medida más polémica del plan presidencial que, según la oposición demócrata, favorece demasiado a los más ricos y no a la clase media.
La economía de EEUU afronta una complicada situación dominada por la incertidumbre de su lenta recuperación y el aumento del desempleo, mientras la Reserva Federal reconoció esta misma semana el peligro de deflación. El déficit público será este año fiscal (que concluye el 30 de septiembre) de unos 400.000 millones de dólares, según la propia Casa Blanca, una cifra récord en la que se incluyen los fondos extraordinarios para la guerra en Irak y otras partidas de seguridad.
La Casa Blanca emitió inmediatamente un comunicado en el que señala que la aprobación de esta iniciativa supone "un paso adelante firme y positivo que ayudará a la economía". El Senado estadounidense tiene previsto votar la próxima semana una rebaja fiscal mucho menor, de 421.000 millones, lo que forzará a ambas cámaras a negociar una cifra conjunta. La Casa Blanca, que presentó en enero una propuesta para reducir impuestos por valor de 726.000 millones de dólares en un plazo de diez años, apoya la versión de la Cámara de Representantes, a fin de conseguir la mayor disminución posible.
El presidente Bush y varios miembros de su Gobierno llevan a cabo una intensa campaña de presión por los estados de los senadores moderados que se muestran reticentes a que la reducción fiscal que se apruebe supere los 350.000 millones de dólares. Bush había propuesto eliminar totalmente los impuestos sobre los dividendos que reciben los accionistas, pero la Cámara de Representantes sólo los redujo de la actual tasa del 38,6 por ciento al 15 por ciento. Ello supone una matización de la medida más polémica del plan presidencial que, según la oposición demócrata, favorece demasiado a los más ricos y no a la clase media.
La economía de EEUU afronta una complicada situación dominada por la incertidumbre de su lenta recuperación y el aumento del desempleo, mientras la Reserva Federal reconoció esta misma semana el peligro de deflación. El déficit público será este año fiscal (que concluye el 30 de septiembre) de unos 400.000 millones de dólares, según la propia Casa Blanca, una cifra récord en la que se incluyen los fondos extraordinarios para la guerra en Irak y otras partidas de seguridad.