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Ingresa en prisión el asesino de la enfermera de Reus, que simuló ser ingeniero

El mismo hospital. Dos novios mentirosos. El extraño paralelismo entre las muertes de las dos trabajadoras del hospital de Reus a manos de sus parejas podría servir de guión para una película. Antonio S., presunto asesino de María Dolores Alamilla, se hizo pasar por ingeniero, al igual que Fernando Adalid, el taxista que simuló ser profesor de inglés y que mató a la doctora Gloria Sanz en febrero.

L D (EFE) Antonio S. ha ingresado este martes en prisión y durante su relación con la víctima se hacía pasar por ingeniero cuando en realidad trabajaba en una empresa dedicada al mantenimiento de jardines. Según ha asegurado Josep Tutusaus, compañero de la víctima en el ambulatorio Sant Pere, Antonio S., ciudadano belga de origen italiano afincado en Mont-roig del Camp (Tarragona), había mentido en repetidas ocasiones a su ex novia, con la que había salido dos o tres meses después de que un amigo en común los presentase.

Tutusaus ha añadido que cuando en enero Fernando Adalid asesinó a su novia, la doctora Gloria Sanz, que también trabajaba en el mismo ambulatorio de Reus, y salió a la luz que era taxista y no profesor de inglés, como había hecho creer a su pareja, Maria Dolores Alamilla "se sintió atemorizada porque había finalizado una relación similar". Incluso "comentó a una compañera que creía que le podía pasar algo parecido" ha dicho Tutusaus, ya que "Antonio S. la amenazaba y le decía que si no retomaban la relación se suicidaría". Sin embargo la mujer "no presentó ninguna denuncia ni cambió la cerradura de la puerta de su vivienda, como le habíamos aconsejado".

El presunto asesino de Maria Dolores Alamilla ha ingresado en la prisión de Tarragona, después de declarar durante dos horas ante el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Reus. Antonio S. accedió con sus propias llaves al inmueble de su ex pareja, un ático del número 77 de la Avenida Paisos Catalans de Reus, durante la madrugada del pasado viernes y la mató golpeándole la cabeza con un objeto contundente, probablemente una barra de hierro conocida como "pata de cabra" y se marchó de la vivienda.

Al día siguiente, sobre las 16:00 horas, compró tabaco en el bar Inés, situado en los bajos del inmueble y, tras hablar con la propietaria, subió a casa de su ex novia. Poco después volvió al establecimiento y dijo que había encontrado a Maria Dolores Alamilla tumbada en la cama y muerta. Durante su declaración en la comisaría de la Policía Nacional de Reus, el detenido se derrumbó y confesó la autoría del crimen, aunque no ha trascendido los motivos que le impulsaron a ejecutarlo, ya que el caso está bajo secreto de sumario.

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