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El G-8 debatirá sobre responsabilidad económica, solidaridad y seguridad en la cumbre de Evian

Bush y Chirac volverán a verse las caras este domingo, después de su enfrentamiento por la guerra de Irak. El encuentro tendrá lugar en la cumbre del G-8 en Evian, durante la cual los países más ricos del mundo debatirán sobre responsabilidad económica, solidaridad con el mundo en desarrollo y seguridad.

L D (EFE) Para relajar tensiones, ya se han producido declaraciones edulcorantes por parte de los líderes enfrentados. El presidente de Estados Unidos, George Bush, dijo que aunque “decepcionado” por la oposición de Francia a la guerra de Irak, la cita de Evian “no será una cumbre de confrontación; aseguró que Washington no sancionará a Francia y se declaró “decidido” a trabajar con París y sus dirigentes. El presidente Jacques Chirac respondió desde San Petesburgo que está “muy feliz” de volver a ver a su colega estadounidense y que desea trabajar con él de la forma “más positiva” en “muchos problemas”.

Aunque sería ilusorio pensar que los desacuerdos están olvidados -"lo que cuenta son las acciones, no las palabras", dijo a EFE un diplomático occidental-, lo cierto es que las palabras de uno y otro despejan un tanto el ambiente para la cita de los líderes de EEUU, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia, que estuvieron divididos en la crisis iraquí.

Además, la cumbre se enfrenta a otro problema. Los globalifóbicos. De Ginebra saldrán el domingo para la manifestación de protesta contra el "ilegítimo" G-8 parte de los activistas antiglobalización que, en talleres y mítines, han debatido desde el jueves su propia visión del mundo y reclamado acciones concretas a favor del mundo en desarrollo. Con el dispositivo draconiano de seguridad en toda la zona de Evian, la concertación previa con grupos antiglobalización y la inclusión en la agenda de la cumbre de ciertas reivindicaciones, Francia espera que la marcha transcurra sin violencias.

Responsabilidad económica, solidaridad con el mundo en desarrollo y seguridad (terrorismo y proliferación de armas de destrucción masiva) son los tres lemas escogidos por Francia para esta cumbre, a orillas del Lago Lemán, de la que Chirac quiere que salga un mensaje de confianza para reactivar la economía mundial. Además, arrastra un enorme déficit fiscal y comercial. Japón lleva más de diez años con problemas. Alemania está en recesión, y la coyuntura europea en general es poco alentadora. Mientras, surge el fantasma de la deflación.

Nada hace pensar, sin embargo, que los Ocho vayan a tomar acciones coordinadas para relanzar la economía. Incluso evitarán abordar en público asuntos molestos, como la fuerte bajada del dólar ante el euro, que penaliza las exportaciones europeas. En el comercio, con desacuerdos sobre las ayudas agrícolas y el acceso de los países pobres a los medicamentos, se espera a lo sumo un acuerdo para llegar a un acuerdo en la reunión de Cancún (México), en septiembre, sobre la liberalización comercial mundial.

Los debates sobre el desarrollo (sanidad y agua, entre otras cuestiones), una de las grandes prioridades de Francia, se celebrarán en ausencia de Bush, que ya habrá viajado a Oriente Medio para impulsar el plan de paz ideado para poner fin al conflicto israelí-palestino.

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