L D (Agencias) El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha celebrado en Madrid el resultado de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, en las que su partido recabó 100.000 votos más que el PP de forma global. El acto, una fiesta organizada por la Federación Socialista de Madrid (FSM), sirvió sobre todo para celebrar los resultados del PSOE en los comicios a la Comunidad de Madrid, donde el candidato, Rafael Simancas, será presidente regional si logra cerrar un pacto de gobierno con IU. Según dijo Zapatero, desde 1982, cuando llegó al poder Felipe González y el PSOE comenzó a gobernar en la Comunidad de Madrid, el partido que ha vencido en las elecciones regionales madrileñas "gana las siguientes generales, y así pasará en 2004".
Para reforzar su vaticinio de que el PSOE llegará a La Moncloa el año próximo, Zapatero exclamó: "Hemos ganado las elecciones en la Comunidad de Madrid y las hemos ganado en España", eludiendo mencionar que, en realidad, quien ganó las elecciones en la Comunidad madrileña fue Esperanza Aguirre, candidata del PP. Con respecto a los datos a nivel nacional, donde el PSOE ganó al PP por unos 100.000 votos, el líder socialista dijo que el PP "ha pasado a ser la segunda fuerza política en España, la tercera en el País Vasco y la cuarta en Cataluña", para añadir que, tras el 25-M, el PSOE "va a tener muchas más alcaldías y concejales y el PP, muchos menos".
La parábola de la escalera y la ausencia de programa
Para ilustrar sus argumentos, hizo una parábola comparando el actual panorama político con "dos personas que están en el mismo escalón de una escalera", en alusión al PP y al PSOE. "Algunos veníamos del piso de abajo y otros, del piso de arriba. Nos hemos cruzado, y ya estamos subiendo a la azotea y otros van a bajar a la calle", explicó. Rodríguez Zapatero también dijo que, desde que accedió a su cargo en julio de 2000, el PSOE ha cubierto ya las etapas de "renovación" y de "cohesión y unidad del partido" y afronta, con vistas a 2004, la fase de lograr una "alternativa de la mayoría para una mayoría social amplia". Para ello, invitó a los ciudadanos a "compartir un programa" aportando ideas con el fin de que sea "mejor, más debatido y participado".
Esa fue la única alusión de Rodríguez Zapatero a la elaboración de un verdadero programa de Gobierno por parte del PSOE, toda vez que las críticas internas en su partido han surgido, principalmente, por esa vía. De hecho, Juan Alberto Belloch, Joaquín Leguina y José Bono, así como la revista "Temas", cuyo presidente es Alfonso Guerra, han criticado en los últimos días al líder del PSOE –en distintos tonos y con variados argumentos– destacando, sobre todo, las palabras de Belloch, que atacó a Zapatero y a su equipo por primar los temas nacionales e internacionales durante la campaña electoral, lo mismo que la revista "Temas", que pidió a la Ejecutiva del PSOE "menos protestas y más propuestas", según un reciente artículo firmado por su director, José Félix Tezanos.
Simancas: “El cambio de estilo”
Rodríguez Zapatero apuntó que el futuro Gobierno de Rafael Simancas en Madrid debe servir de modelo para "demostrar el cambio de estilo" que postula el PSOE a través de gobiernos "respetuosos, responsables, innovadores, con compromisos sociales" y caracterizados por su "transparencia y honestidad". Aclamado como "¡presidente, presidente!", el secretario general del PSOE alabó también el intención de Simancas de "tender la mano" al PP y de "expresar respeto al adversario" frente a la política del Gobierno de José María Aznar de "criticar a la oposición". El acto, que tuvo lugar en el Invernadero de Arganzuela (Madrid) ante un millar de personas, contó con la presencia del ex secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, la candidata socialista a la Alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez, y diversos cargos nacionales y regionales.
Rodríguez Zapatero, al igual que Simancas, aprovechó el acto para elogiar a Trinidad Jiménez, que perdió las elecciones ante Alberto Ruiz Gallardón, y la definió como un "ejemplo democrático, de respeto y dignidad" frente al "autobombo del PP". Por su parte, Rafael Simancas prometió que el "gobierno progresista" que liderará colaborará de forma "leal" con el Ejecutivo de Aznar, aunque advirtió que renegociará las transferencias en materia de sanidad, educación y justicia, y que eliminará el impuesto sobre los carburantes establecido por el PP. El dirigente socialista madrileño garantizó además que no aprobará ningún proyecto legislativo sin negociarlo previamente con la oposición y los agentes sociales.
Para reforzar su vaticinio de que el PSOE llegará a La Moncloa el año próximo, Zapatero exclamó: "Hemos ganado las elecciones en la Comunidad de Madrid y las hemos ganado en España", eludiendo mencionar que, en realidad, quien ganó las elecciones en la Comunidad madrileña fue Esperanza Aguirre, candidata del PP. Con respecto a los datos a nivel nacional, donde el PSOE ganó al PP por unos 100.000 votos, el líder socialista dijo que el PP "ha pasado a ser la segunda fuerza política en España, la tercera en el País Vasco y la cuarta en Cataluña", para añadir que, tras el 25-M, el PSOE "va a tener muchas más alcaldías y concejales y el PP, muchos menos".
La parábola de la escalera y la ausencia de programa
Para ilustrar sus argumentos, hizo una parábola comparando el actual panorama político con "dos personas que están en el mismo escalón de una escalera", en alusión al PP y al PSOE. "Algunos veníamos del piso de abajo y otros, del piso de arriba. Nos hemos cruzado, y ya estamos subiendo a la azotea y otros van a bajar a la calle", explicó. Rodríguez Zapatero también dijo que, desde que accedió a su cargo en julio de 2000, el PSOE ha cubierto ya las etapas de "renovación" y de "cohesión y unidad del partido" y afronta, con vistas a 2004, la fase de lograr una "alternativa de la mayoría para una mayoría social amplia". Para ello, invitó a los ciudadanos a "compartir un programa" aportando ideas con el fin de que sea "mejor, más debatido y participado".
Esa fue la única alusión de Rodríguez Zapatero a la elaboración de un verdadero programa de Gobierno por parte del PSOE, toda vez que las críticas internas en su partido han surgido, principalmente, por esa vía. De hecho, Juan Alberto Belloch, Joaquín Leguina y José Bono, así como la revista "Temas", cuyo presidente es Alfonso Guerra, han criticado en los últimos días al líder del PSOE –en distintos tonos y con variados argumentos– destacando, sobre todo, las palabras de Belloch, que atacó a Zapatero y a su equipo por primar los temas nacionales e internacionales durante la campaña electoral, lo mismo que la revista "Temas", que pidió a la Ejecutiva del PSOE "menos protestas y más propuestas", según un reciente artículo firmado por su director, José Félix Tezanos.
Simancas: “El cambio de estilo”
Rodríguez Zapatero apuntó que el futuro Gobierno de Rafael Simancas en Madrid debe servir de modelo para "demostrar el cambio de estilo" que postula el PSOE a través de gobiernos "respetuosos, responsables, innovadores, con compromisos sociales" y caracterizados por su "transparencia y honestidad". Aclamado como "¡presidente, presidente!", el secretario general del PSOE alabó también el intención de Simancas de "tender la mano" al PP y de "expresar respeto al adversario" frente a la política del Gobierno de José María Aznar de "criticar a la oposición". El acto, que tuvo lugar en el Invernadero de Arganzuela (Madrid) ante un millar de personas, contó con la presencia del ex secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, la candidata socialista a la Alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez, y diversos cargos nacionales y regionales.
Rodríguez Zapatero, al igual que Simancas, aprovechó el acto para elogiar a Trinidad Jiménez, que perdió las elecciones ante Alberto Ruiz Gallardón, y la definió como un "ejemplo democrático, de respeto y dignidad" frente al "autobombo del PP". Por su parte, Rafael Simancas prometió que el "gobierno progresista" que liderará colaborará de forma "leal" con el Ejecutivo de Aznar, aunque advirtió que renegociará las transferencias en materia de sanidad, educación y justicia, y que eliminará el impuesto sobre los carburantes establecido por el PP. El dirigente socialista madrileño garantizó además que no aprobará ningún proyecto legislativo sin negociarlo previamente con la oposición y los agentes sociales.