L D (EFE) La primera en intentarlo será Henin, rival en semifinales de Serena. Considerada como una de las mejores jugadoras en tierra batida, Henin cuenta con dos bazas a su favor. Ha ganado a Serena en los dos últimos duelos, y suma, con las de París, once victorias consecutivas. No le valdrán los números a la belga para ganar, puesto que también Williams puede presentar los suyos. La estadounidense sólo ha sido superada en dos ocasiones esta temporada y puede presumir de que ha vencido cuatro veces a Henin.
Además, Williams jugará más que motivada, no sólo porque no quiere dejar escapar ninguno de los grandes, sino porque además demuestra una especial saña con las rivales que le han ganado. Así lo comprobó la francesa Amelie Mauresmo, se verdugo en las semifinales de Roma, y que en Roland Garros vio como Serena le pasó por encima como una apisonadora. Henin ganó a Williams en la final del torneo de Charleston (6-3, 6-4), una derrota que truncó una serie de 21 éxitos consecutivos de la estadounidense.
El otro puesto en la final se lo jugarán Clijsters, la eterna aspirante, y Petrova, la gran revelación. Las dos cumplen años el próximo domingo y ambas quieren regalarse una final de Grand Slam . La belga, que ha vencido a la rusa en la única ocasión en que se han enfrentado (en Leipzig en 2002), buscará su segunda final en París, después de la que perdió en 2001 contra Jennifer Capriati, donde estuvo a dos puntos de la victoria. Con diez triunfos consecutivos, Clijsters está a un paso de su primera final de un Grand Slam , para lo que tendrá que vencer a Petrova, que se ha invitado a la fiesta de París sin que nadie contara con ella.
Petrova, 76 del mundo, quiere seguir los pasos de Olga Morozova, la única rusa que, hasta ahora, ha llegado a la final de Roland Garros, gesta que consiguió en 1974, cuando en plena guerra fría perdió frente a la estadounidense Chris Evert (Natasha Zvereva lo consiguió en 1988 ante Graf pero como bielorrusa). Para quitarse una presión a la que no está habituada, Petrova no deja de repetir que su rival es la favorita, aunque no renuncia a sorprender a la belga, como antes hizo con Monica Seles, Silvija Talaja, Chanda Irvin, Jennifer Capriati y Vera Zvonareva.
Además, Williams jugará más que motivada, no sólo porque no quiere dejar escapar ninguno de los grandes, sino porque además demuestra una especial saña con las rivales que le han ganado. Así lo comprobó la francesa Amelie Mauresmo, se verdugo en las semifinales de Roma, y que en Roland Garros vio como Serena le pasó por encima como una apisonadora. Henin ganó a Williams en la final del torneo de Charleston (6-3, 6-4), una derrota que truncó una serie de 21 éxitos consecutivos de la estadounidense.
El otro puesto en la final se lo jugarán Clijsters, la eterna aspirante, y Petrova, la gran revelación. Las dos cumplen años el próximo domingo y ambas quieren regalarse una final de Grand Slam . La belga, que ha vencido a la rusa en la única ocasión en que se han enfrentado (en Leipzig en 2002), buscará su segunda final en París, después de la que perdió en 2001 contra Jennifer Capriati, donde estuvo a dos puntos de la victoria. Con diez triunfos consecutivos, Clijsters está a un paso de su primera final de un Grand Slam , para lo que tendrá que vencer a Petrova, que se ha invitado a la fiesta de París sin que nadie contara con ella.
Petrova, 76 del mundo, quiere seguir los pasos de Olga Morozova, la única rusa que, hasta ahora, ha llegado a la final de Roland Garros, gesta que consiguió en 1974, cuando en plena guerra fría perdió frente a la estadounidense Chris Evert (Natasha Zvereva lo consiguió en 1988 ante Graf pero como bielorrusa). Para quitarse una presión a la que no está habituada, Petrova no deja de repetir que su rival es la favorita, aunque no renuncia a sorprender a la belga, como antes hizo con Monica Seles, Silvija Talaja, Chanda Irvin, Jennifer Capriati y Vera Zvonareva.