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El 25 de mayo abre la mayor brecha en el PSOE desde que Zapatero lidera el partido

Los socialistas no tardaron en calificar los resultados electorales del 25-M como el preludio de un "cambio de ciclo". Dos semanas después, las alianzas con Izquierda Unida y la deriva nacionalista pasan factura y amenazan con derribar el aparato de Ferraz desde dentro. En cinco comunidades se confirma el fracaso de la estrategia del PSOE.

(Libertad Digital) La convulsión vivida este martes en la Asamblea de Madrid no es sino el capítulo más escandaloso de un proceso que tiene su origen en la política de pactos diseñada por el PSOE tras las elecciones del 25-M. Pese a que hay mucho fondo en la actitud de los dos diputados que han plantado a Simancas –no tardará en aflorar, a juzgar por la promesa de Zapatero de que darán cuenta ante la opinión pública– la razón esgrimida es su rechazo a un pacto con la “extrema izquierda”.

Sin embargo, las elecciones del pasado 25 de mayo han levantado una polvareda de críticas contra la Ejecutiva del PSOE. Los primeros en criticar la estrategia electoral fueron Juan Alberto Belloch, José Bono y Joaquín Leguina, que criticaron a su partido el giro a la izquierda, cuando su fondo natural de votos está en el centro, y la campaña centrada en temas nacionales e internacionales, ya que debería haberse enfocado a mostrar a los ciudadanos que el PSOE tiene programa y puede responder a sus expectativas.

Tras aquellas críticas, refrendadas por El País en varios artículos editoriales, Zapatero decidió apartarse de su secretario de organización, José Blanco, entregando a Jesús Caldera la responsabilidad de la elaboración del programa electoral para las elecciones generales de 2004. Sin embargo, y al mismo tiempo que se dan estos movimientos en la sede madrileña del PSOE, en otros escenarios también se cuecen pactos y acuerdos que dificultarán la trayectoria de los socialistas ante las elecciones generales, para las que sólo faltan ocho meses.

PAÍS VASCO: Sin “trapicheos”

Esa era la condición de Jaime Mayor Oreja para que los constitucionalistas fueran de una vez por todas la alternativa al PNV y su vasto entorno. El PP capitaneó desde la noche del 25-M una oferta de pactos allí donde los constitucionalistas necesitaran apoyo. La clave era promocionar la lista más votada y aunar esfuerzos. Eso sí, sin mercadear. De hecho, el primer sacrificio que asumió el PP fue en San Sebastián . María San Gil apoyaría a Odón Elorza , el más votado, aparcando diferencias. Pero Elorza lo consideró “un regalo envenenado” y “el abrazo del oso”. El socialista vasco, parapetado en Patxi López y su carta blanca para pactar con quienes se desee, dijo este martes que “no descarta ni deje de descartar” un acuerdo con los nacionalistas. Así que San Gil deja en suspenso su apoyo hasta que se conozca el rumbo definitivo del PSE.

De Guipúzcoa hay que dar el salto hasta Álava . Allí, la brecha es todavía más aparatosa. El empeño personal de Javier Rojo por convertirse en diputado general de la provincia era un ejemplo de los “trapicheos” sobre los que advirtió Jaime Mayor. Álava era la moneda de cambio para que el popular Alfonso Alonso gobernara la alcaldía de Vitoria. Bajo el brazo, el tercer puesto, por detrás de Rabanera y del PNV. El lunes, Zapatero trató de poner orden zanjando que el PSE apoyaría al PP en los dos escenarios (Juntas y Alcaldía) por ser la lista no nacionalista más votada y “sin pedir nada a cambio”.

Su voluntad duró horas. Primero saltó el portavoz del PSE en las Juntas, Txarli Prieto , negando que hubiera cerrado un pacto. Lo redujo todo a una “declaración de intenciones” del secretario general. Al día siguiente, este martes, el propio Patxi López dejaba en evidencia a su jefe diciendo que el apoyo al PP “no será gratis”. Dice López que no quiere gobiernos “frentistas”, es decir, que excluyan al nacionalismo. También este martes esta postura ha sido avalada hasta por Juan Alberto Belloch , últimamente muy crítico con Zapatero: “hay que buscar puentes con el nacionalismo en el País Vasco”. Lo dijo en “La mirada crítica” de Telecinco: "el PP y el PSOE tendrían que abrir puentes de diálogo con el PNV" porque "en un Estado de Derecho se debe hablar de todo y eso incluye, también, el Plan Ibarretxe".

En Bilbao y Getxo, ha sido el apoyo de IU el que ha impedido gobernar a los no nacionalistas en favor del PNV-EA. La misma IU en la que se apoya Simancas para presidir la Comunidad de Madrid.

CATALUÑA: ERC revisa a Maragall

Por si faltaban fisuras, el PSOE también está pagando caro el apoyo que Maragall brindó a Zapatero en el 35 Congreso. El socialista catalán ya ha dado muestras de su tendencia al nacionalismo, capitaneando esta línea hasta en el País Vasco, donde entró ideológicamante gracias a Gemma Zabaleta . Sus teorías sobre un pancatalanismo cimentado en la Antigua Corona de Aragón (con Antich e Iglesias como apoyo) hacen que muchos socialistas recelen de su política (Bono o Vázquez). Y el último capítulo viene de manos de los independentistas de ERC. Su líder, Josep Lluís Carod-Rovira , considera "profundamente decepcionante" que haya obligado a los socialistas vascos a pactar con el PP en Álava, y ha advertido que "esto desvirtúa el supuesto federalismo del PSOE que tanto defiende Pasqual Maragall".

Según ha señalado Carod-Rovira en una reveladora conferencia de prensa, el hecho de que Zapatero "obligue a cuadrarse a los socialistas vascos para facilitar al PP la presidencia de la Diputación Foral de Alava y la alcaldía de Vitoria (...) indica que el PSOE antepone su nacionalismo español a la ideología progresista y democrática".

CANTABRIA Y GALICIA: Contra el PP y con Nunca Máis

Conviene no perder de vista la nueva situación en estas dos comunidades. En Cantabria, este martes el presidente en funciones, José Joaquín Martínez Sieso (desalojado por el PSOE en favor de los regionalistas) admite que, aunque difícil "es posible que lo ocurrido en Madrid se repita en Cantabria". Matiza que el acuerdo entre PRC y PSOE tendra "consecuencias imprevisibles" porque muchos electores socialistas no compartirán la política del regionalista Revilla. Y en Galicia, también este martes el PSOE ha cerrado acuerdos con los nacionalistas del BNG para gobernar en unos 50 municipios. En la Diputación de La Coruña, la vicepresidencia recaerá en Xaime Bello, anterior alcalde de El Ferrol por el BNG. Moreda (PSOE), será el presidente.


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