L D (EFE) Xabier Arzalluz ha participado en el acto público de presentación del libro del juez Joaquín Navarro, titulado "25 años sin Constitución", donde explicó que "nadie entenderá por qué Ibarretxe ha recurrido a esta nueva formulación si no entiende el deterioro que ha sufrido el Estatuto de Autonomía". "Yo estuve en su negociación en la Moncloa y en aquel Congreso –rememoró–, y lo que hemos visto es que por vías indirectas o simplemente por incumplimiento, partes muy importantes del Estatuto no se cumplen". Arzalluz también atribuyó la presentación del citado plan secesionista al ataque que sufre el autogobierno del País Vasco desde que Aznar es presidente del Gobierno.
En este sentido, recordó que "Aznar dijo una vez que él iba a hacer en España lo que nadie había hecho hasta ahora, pero sólo con la ley, sin uso de la fuerza". "Para mi –agregó–, Aznar estaba diciendo 'yo con la Ley en la mano voy a hacer lo que Franco hizo: la unidad de los hombres y las tierras de España y un sano regionalismo' y a eso va y como veis el ataque básico de Aznar es contra nosotros, no contra ETA". "No tenemos más remedio que contraatacar, de forma civilizada y democráticamente –sentenció Arzalluz–, porque si no nos barren y terminan con nosotros y lo que venga nunca será peor de lo que nos hubiera pasado si nos quedamos aquí quietos sin tomar las decisiones concretas, y en esas estamos".
En su comentario sobre el libro escrito por el magistrado Joaquín Navarro, Arzalluz dijo compartir plenamente la tesis central que sostiene el autor de que en España no hay una verdadera Constitución porque no existe una verdadera separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. "La separación de poderes en la Constitución española está fijada de tal manera –dijo Arzalluz– que, en la práctica, no es cierto que el poder judicial sea realmente independiente". "Hoy en día, tanto el Parlamento, por la mayoría absoluta del señor Aznar, como el Poder Judicial, por la forma de elegir a sus responsables, están constituidos desde la voluntad de un hombre, como es el señor Aznar, y, por vía indirecta, todos en la última decisión estamos en manos del Gobierno". En este sentido, aludió a la ilegalización de Batasuna, y la enmarcó en "el abuso que del Poder Judicial se está haciendo desde el Ejecutivo" y señaló que este abuso precisamente no garantiza que "los siguientes –en ser ilegalizados– no seamos nosotros".
En este sentido, recordó que "Aznar dijo una vez que él iba a hacer en España lo que nadie había hecho hasta ahora, pero sólo con la ley, sin uso de la fuerza". "Para mi –agregó–, Aznar estaba diciendo 'yo con la Ley en la mano voy a hacer lo que Franco hizo: la unidad de los hombres y las tierras de España y un sano regionalismo' y a eso va y como veis el ataque básico de Aznar es contra nosotros, no contra ETA". "No tenemos más remedio que contraatacar, de forma civilizada y democráticamente –sentenció Arzalluz–, porque si no nos barren y terminan con nosotros y lo que venga nunca será peor de lo que nos hubiera pasado si nos quedamos aquí quietos sin tomar las decisiones concretas, y en esas estamos".
En su comentario sobre el libro escrito por el magistrado Joaquín Navarro, Arzalluz dijo compartir plenamente la tesis central que sostiene el autor de que en España no hay una verdadera Constitución porque no existe una verdadera separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. "La separación de poderes en la Constitución española está fijada de tal manera –dijo Arzalluz– que, en la práctica, no es cierto que el poder judicial sea realmente independiente". "Hoy en día, tanto el Parlamento, por la mayoría absoluta del señor Aznar, como el Poder Judicial, por la forma de elegir a sus responsables, están constituidos desde la voluntad de un hombre, como es el señor Aznar, y, por vía indirecta, todos en la última decisión estamos en manos del Gobierno". En este sentido, aludió a la ilegalización de Batasuna, y la enmarcó en "el abuso que del Poder Judicial se está haciendo desde el Ejecutivo" y señaló que este abuso precisamente no garantiza que "los siguientes –en ser ilegalizados– no seamos nosotros".