L D (EFE) Bové ingresó en la cárcel francesa de Villeneuve-les-Maguelone, cerca de Montpellier, tras ser arrestado por los gendarmes en su granja de Millau. Había sido condenado en 2001 a seis meses de prisión firme por la destrucción de cultivos de arroz genéticamente modificado en el departamento sureño de Herault. A esos seis meses se suman otros cuatro tras la decisión del Tribunal Supremo de Montpellier, en febrero pasado, de revocar la mitad de la exención de cumplimiento de una pena de ocho meses dictada en 1998 por hechos similares.
"No es imposible" que "pueda beneficiarse del decreto de gracia del 14 de julio", ha dicho Perben, ante la prensa, al aludir a los indultos o reducciones de pena que el Presidente concede tradicionalmente en la fiesta nacional. El ministro ha explicado que esta semana transmitirá a Jacques Chirac su recomendación "confidencial" sobre una "eventual" gracia para Bové, que ha sido reclamada por escrito por 800.000 personas y que el interesado se negó a pedir.
Los gendarmes rompieron al alba la puerta de la granja de Bové en Millau (sur de Francia) y se lo llevaron en helicóptero a la cárcel de Villeneuve-les-Maguelone, para cumplir una condena de diez meses por la destrucción de cultivos de arroz y maíz transgénicos (OGM). El abogado del líder antiglobalización, Roux, ha dicho: "Lo mínimo era llamar a la puerta" antes de forzarla. Sin embargo, los vecinos del detenido han dicho que los gendarmes llamaron a la puerta y que Bové se negó a abrir.
El sindicato Confederación Campesina denunció como "insoportable" el encarcelamiento de un líder sindicalista y llamó a manifestarse ante "todas las prisiones de Francia", empezando esta misma tarde ante la cárcel de Villeneuve-les Maguelone. El líder del Partido Socialista, Francois Hollande, ha acusado al Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, de escoger "el enfrentamiento"; los comunistas han arremetido contra "la criminalización" de los sindicalistas y "el ataque a la libertad sindical"; y los Verdes evocaron métodos dignos de operaciones antiterroristas.
El ministro de Justicia ha explicado que la operación se realizó de ese modo debido a que Bové había amenazado con que "sus amigos obstaculizarían su traslado" a la cárcel, por lo que había que tomar "medidas de seguridad" para evitar "todo riesgo de violencia". Prevén ha dicho: "Lo peor habría sido un enfrentamiento entre gendarmes y manifestantes".
Para el ministro, el propio Bové es responsable de lo ocurrido. "Desafió" a la justicia, diciendo que no colaboraría con ella, y rechazó ver al juez de aplicación de penas, que podía haber hallado otra formula que la prisión –trabajos de interés general o el porte de un brazalete electrónico–, para el cumplimiento de la condena. Ahora, quizás, aunque "un poco tarde", Bové acepte ver al juez de aplicación de penas, ha dicho Perben, quien ha insistido en que el derecho debe aplicarse a todo el mundo por igual.
"No es imposible" que "pueda beneficiarse del decreto de gracia del 14 de julio", ha dicho Perben, ante la prensa, al aludir a los indultos o reducciones de pena que el Presidente concede tradicionalmente en la fiesta nacional. El ministro ha explicado que esta semana transmitirá a Jacques Chirac su recomendación "confidencial" sobre una "eventual" gracia para Bové, que ha sido reclamada por escrito por 800.000 personas y que el interesado se negó a pedir.
Los gendarmes rompieron al alba la puerta de la granja de Bové en Millau (sur de Francia) y se lo llevaron en helicóptero a la cárcel de Villeneuve-les-Maguelone, para cumplir una condena de diez meses por la destrucción de cultivos de arroz y maíz transgénicos (OGM). El abogado del líder antiglobalización, Roux, ha dicho: "Lo mínimo era llamar a la puerta" antes de forzarla. Sin embargo, los vecinos del detenido han dicho que los gendarmes llamaron a la puerta y que Bové se negó a abrir.
El sindicato Confederación Campesina denunció como "insoportable" el encarcelamiento de un líder sindicalista y llamó a manifestarse ante "todas las prisiones de Francia", empezando esta misma tarde ante la cárcel de Villeneuve-les Maguelone. El líder del Partido Socialista, Francois Hollande, ha acusado al Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, de escoger "el enfrentamiento"; los comunistas han arremetido contra "la criminalización" de los sindicalistas y "el ataque a la libertad sindical"; y los Verdes evocaron métodos dignos de operaciones antiterroristas.
El ministro de Justicia ha explicado que la operación se realizó de ese modo debido a que Bové había amenazado con que "sus amigos obstaculizarían su traslado" a la cárcel, por lo que había que tomar "medidas de seguridad" para evitar "todo riesgo de violencia". Prevén ha dicho: "Lo peor habría sido un enfrentamiento entre gendarmes y manifestantes".
Para el ministro, el propio Bové es responsable de lo ocurrido. "Desafió" a la justicia, diciendo que no colaboraría con ella, y rechazó ver al juez de aplicación de penas, que podía haber hallado otra formula que la prisión –trabajos de interés general o el porte de un brazalete electrónico–, para el cumplimiento de la condena. Ahora, quizás, aunque "un poco tarde", Bové acepte ver al juez de aplicación de penas, ha dicho Perben, quien ha insistido en que el derecho debe aplicarse a todo el mundo por igual.