L D (EFE) "En el supuesto de que la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) nos vendiera ahora mismo los dólares que requerimos para importar, y nosotros ahora mismo compráramos el trigo requerido, pasarán no menos de treinta hasta normalizar el asunto", ha dicho a los periodistas el presidente de Asociación de Molinos de Trigo (Asotrigo), Alirio Pérez. La demora en los embarques, el tiempo de travesía de barcos cargados, la lentitud en los trámites aduaneros y el posterior procesamiento del trigo recibido, "lo retardarán todo, y eso en caso de que ahora mismo nos vendieran las divisas, lo que lamentablemente no es así", ha añadido Pérez.
Pérez ha añadido que las escasas existencias actuales se acabarán en poco más de una semana, "y eso porque hace unos veinte días racionamos a la mitad las cantidades de harinas entregadas a las panaderías, de lo contrario hace mucho que ya se hubieran acabado". Venezuela importa, principalmente de Canadá y Estados Unidos, todo el trigo requerido para atender su consumo interno de harinas (aproximadamente 100.000 toneladas mensuales), debido a que es prácticamente nula la existencia de trigales en su territorio.
"Los principales perjudicados por esta situación serán los más pobres, porque las pastas, debido a su bajo costo y su gran valor nutritivo, constituye parte vital de la dieta de los venezolanos, y eso sin contar al pan", ha dicho el presidente de Asotrigo. Las deudas que mantienen las industrias venezolanas del sector con sus proveedores internacionales ascienden a 63 millones de dólares, "monto impago que cerró cualquier posibilidad de que nos sigan vendiendo a crédito". Pérez ha destacado: "Ahora ya nos han dicho que no atenderán más pedidos nuestros, hasta que solventemos ese problema de mora".
El presidente de Avepastas, Simón Nobile, ha informado a su vez de que "el desabastecimiento es real" y que ya existen tres grandes empresas que procesan el trigo importado que han debido paralizar su producción de harinas. Los industriales destacan que los funcionarios del Ministerio de Agricultura y Tierras "han sido diligentes" en atender las solicitudes del sector. "El problema, el embudo se presenta en Cadivi", ha dicho Nobile en alusión a la instancia gubernamental creada tras la reciente implantación oficial de un férreo sistema de control de cambio y entrega de divisas.
Pérez ha añadido que las escasas existencias actuales se acabarán en poco más de una semana, "y eso porque hace unos veinte días racionamos a la mitad las cantidades de harinas entregadas a las panaderías, de lo contrario hace mucho que ya se hubieran acabado". Venezuela importa, principalmente de Canadá y Estados Unidos, todo el trigo requerido para atender su consumo interno de harinas (aproximadamente 100.000 toneladas mensuales), debido a que es prácticamente nula la existencia de trigales en su territorio.
"Los principales perjudicados por esta situación serán los más pobres, porque las pastas, debido a su bajo costo y su gran valor nutritivo, constituye parte vital de la dieta de los venezolanos, y eso sin contar al pan", ha dicho el presidente de Asotrigo. Las deudas que mantienen las industrias venezolanas del sector con sus proveedores internacionales ascienden a 63 millones de dólares, "monto impago que cerró cualquier posibilidad de que nos sigan vendiendo a crédito". Pérez ha destacado: "Ahora ya nos han dicho que no atenderán más pedidos nuestros, hasta que solventemos ese problema de mora".
El presidente de Avepastas, Simón Nobile, ha informado a su vez de que "el desabastecimiento es real" y que ya existen tres grandes empresas que procesan el trigo importado que han debido paralizar su producción de harinas. Los industriales destacan que los funcionarios del Ministerio de Agricultura y Tierras "han sido diligentes" en atender las solicitudes del sector. "El problema, el embudo se presenta en Cadivi", ha dicho Nobile en alusión a la instancia gubernamental creada tras la reciente implantación oficial de un férreo sistema de control de cambio y entrega de divisas.