(Libertad Digital) El PSOE ha esgrimido las últimas informaciones aparecidas en medios de comunicación (El País, la cadena SER y ahora El Mundo) como el argumento que demuestra la implicación del PP en la crisis madrileña. Tras un episodio de desordenes y altercados de los que el PSOE no ha sabido salir, Zapatero ha acusado directamente al PP de “cobijar” a las “manzanas podridas que se han colado en nuestra cesta” para su propio beneficio. Fue entonces cuando, en el tono de suspense de los últimos días, empezó a decir que “ahora nos hemos enterado...”. Pero su turno se acabó y la presidenta del Congreso Luisa Fernanda Rudi le cortó el micrófono.
Zapatero se resistía a sentarse porque iba a relatar lo que da de sí el móvil de Tamayo en las exclusivas periodísticas tan sólo horas después de que se publiquen. Así que insistió: “Es notorio y manifiesto que se me ha interrumpido”. La presidenta le instó en demasiadas ocasiones a que invocara un artículo concreto del reglamento. Pero el líder socialista sólo llego a decir: “Al amparo del artículo sobre el buen funcionamiento de la Cámara”. Los abucheos fueron generales.
Se levantó entonces Caldera, con más brío y dando voces. Parecía que había encontrado el artículo al que tanto se refería Rudi. Pero, reglamento en mano, dijo que solicitaba “una cuestión de orden al amparo de... me da igual el que sea” . Nadie en los bancos del PSOE era capaz de encontrar un asidero en el reglamento. Luisa Fernanda Rudi le abría el micrófono para que citara el artículo y Caldera se aprovechaba para hablar como si tuviera turno. La presidenta zanjó y el turno pasó a Aznar.
El presidente del Gobierno repitió lo ya dicho en la anterior sesión de control pero añadiendo algo más de dureza. “Si tienen manzanas podridas expliquen por qué le ayudaron a ser secretario general y por qué su candidato se va a dejar votar”. Aznar se refería al episodio en el que Tamayo custodió los avales de Zapatero en la vigilia del 35 Congreso que le aupó al poder en Ferraz. Resumiendo todos los capítulos de desobediencia interna en el PSOE (Madrid, Navarra, País Vasco, Alicante), Aznar le dijo al líder socialista: “Usted ha firmado demasiadas letras a demasiada gente en demasiados sitios y esas letras empiezan a vencer”.
Zapatero tenía que acabar su frase
La siguiente pregunta en el orden del día la tenía que dirigir el diputado socialista Diego López Garrido al vicepresidente Mariano Rajoy referida al "Prestige". Pero Caldera pidió a la presidencia que se cambiara y dejaran que fuera Zapatero quien la formulara. Entonces el secretario general del PSOE aprovechó para lanzar el discurso que no acabó en su turno anterior: “Las manzanas podridas, nos hemos enterado por los medios de comunicación que usted no controla , han sido cobijadas por el PP, acompañadas por militantes del PP y asesoradas por militantes del PP”. Y añadió las ya acostumbradas frases diseñadas en Ferraz: “Cada vez que se levanta un ladrillo en Madrid aparece un militante del PP. Todos los caminos conducen a Génova”. Luisa Fernanda Rudi, harta de hacer cumplir el reglamento, le recordó a Zapatero que su pregunta no tenía nada que ver con lo previsto. Ni en el contenido, ni en el autor de la misma, ni en el destinatario.
Las manzanas podridas, antes despojos
Pero Aznar contestó, sorprendido de que “se inventen una conspiración cada vez que tienen un problema”, recordó por enésima vez que aquellos a quienes en el propio PSOE llaman “desechos humanos, basura humana” van a votar “al candidato que no se iba a presentar y se presenta”. Concluyó el presidente del Gobierno recordando que “cada vez que hay poder cerca y el PSOE esta cerca, hay corrupción”. En definitiva, según Aznar “el PP no ha presentado candidato y no lo va a presentar. La salida son las elecciones pero hay miedo a que hablen los ciudadanos”.
La última intervención de Zapatero sólo sirvió para dejar patente que hasta la falta de memoria le juega malas pasadas. Vuelve a recordar que el PP es el único beneficiado de las jugadas de Tamayo y Sáez y reprocha al PP que no haya exigido la renuncia de los diputados “a los que usted mismo ha llamado despojos”. Nadie tuvo que recordarle que ese adjetivo lo pronunció José Bono el mismo día 10 de junio y que Aznar sólo lo utilizó la semana pasada parafraseando al socialista manchego.
Zapatero se resistía a sentarse porque iba a relatar lo que da de sí el móvil de Tamayo en las exclusivas periodísticas tan sólo horas después de que se publiquen. Así que insistió: “Es notorio y manifiesto que se me ha interrumpido”. La presidenta le instó en demasiadas ocasiones a que invocara un artículo concreto del reglamento. Pero el líder socialista sólo llego a decir: “Al amparo del artículo sobre el buen funcionamiento de la Cámara”. Los abucheos fueron generales.
Se levantó entonces Caldera, con más brío y dando voces. Parecía que había encontrado el artículo al que tanto se refería Rudi. Pero, reglamento en mano, dijo que solicitaba “una cuestión de orden al amparo de... me da igual el que sea” . Nadie en los bancos del PSOE era capaz de encontrar un asidero en el reglamento. Luisa Fernanda Rudi le abría el micrófono para que citara el artículo y Caldera se aprovechaba para hablar como si tuviera turno. La presidenta zanjó y el turno pasó a Aznar.
El presidente del Gobierno repitió lo ya dicho en la anterior sesión de control pero añadiendo algo más de dureza. “Si tienen manzanas podridas expliquen por qué le ayudaron a ser secretario general y por qué su candidato se va a dejar votar”. Aznar se refería al episodio en el que Tamayo custodió los avales de Zapatero en la vigilia del 35 Congreso que le aupó al poder en Ferraz. Resumiendo todos los capítulos de desobediencia interna en el PSOE (Madrid, Navarra, País Vasco, Alicante), Aznar le dijo al líder socialista: “Usted ha firmado demasiadas letras a demasiada gente en demasiados sitios y esas letras empiezan a vencer”.
Zapatero tenía que acabar su frase
La siguiente pregunta en el orden del día la tenía que dirigir el diputado socialista Diego López Garrido al vicepresidente Mariano Rajoy referida al "Prestige". Pero Caldera pidió a la presidencia que se cambiara y dejaran que fuera Zapatero quien la formulara. Entonces el secretario general del PSOE aprovechó para lanzar el discurso que no acabó en su turno anterior: “Las manzanas podridas, nos hemos enterado por los medios de comunicación que usted no controla , han sido cobijadas por el PP, acompañadas por militantes del PP y asesoradas por militantes del PP”. Y añadió las ya acostumbradas frases diseñadas en Ferraz: “Cada vez que se levanta un ladrillo en Madrid aparece un militante del PP. Todos los caminos conducen a Génova”. Luisa Fernanda Rudi, harta de hacer cumplir el reglamento, le recordó a Zapatero que su pregunta no tenía nada que ver con lo previsto. Ni en el contenido, ni en el autor de la misma, ni en el destinatario.
Las manzanas podridas, antes despojos
Pero Aznar contestó, sorprendido de que “se inventen una conspiración cada vez que tienen un problema”, recordó por enésima vez que aquellos a quienes en el propio PSOE llaman “desechos humanos, basura humana” van a votar “al candidato que no se iba a presentar y se presenta”. Concluyó el presidente del Gobierno recordando que “cada vez que hay poder cerca y el PSOE esta cerca, hay corrupción”. En definitiva, según Aznar “el PP no ha presentado candidato y no lo va a presentar. La salida son las elecciones pero hay miedo a que hablen los ciudadanos”.
La última intervención de Zapatero sólo sirvió para dejar patente que hasta la falta de memoria le juega malas pasadas. Vuelve a recordar que el PP es el único beneficiado de las jugadas de Tamayo y Sáez y reprocha al PP que no haya exigido la renuncia de los diputados “a los que usted mismo ha llamado despojos”. Nadie tuvo que recordarle que ese adjetivo lo pronunció José Bono el mismo día 10 de junio y que Aznar sólo lo utilizó la semana pasada parafraseando al socialista manchego.