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POR LA PUBLICACIÓN DE "TODAS PUTAS"

(16-06-03) Zaplana insiste en apoyar a Miriam Tey mientras la oposición pide su destitución

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, basó este lunes su defensa de Miriam Tey como directora del Instituto de la Mujer en el derecho a la libertad de expresión, a pesar de que toda la oposición parlamentaria pidió su dimisión o su cese al no considerarla idónea para el cargo tras la publicación del libro "Todas putas".

L D (EFE) Zaplana compareció ante la Comisión Mixta para los Derechos de la Mujer a petición del PSOE y del grupo mixto para explicar su posición tras la polémica surgida al conocerse que una editorial de la que es copropietaria Tey publicó "Todas Putas", obra tachada de apología de la violación por numerosas asociaciones de mujeres.

Para Zaplana, cesar a Tey convertiría al Gobierno en "censor" y considerar que puede estar inhabilitada para el cargo por su actividad profesional anterior nos situaría ante "un grave atentado contra la libertad de expresión, ante la reintroducción de la censura previa que prohíbe el artículo 20.2 de la Constitución y supondría el regreso a periodos que todos deberíamos de haber olvidado". En este contexto se preguntó si el cineasta Pedro Almodóvar estaría incapacitado para cualquier puesto en la administración pública porque en buena parte de sus películas se consumen drogas.

El titular de Asuntos Sociales elogió la trayectoria profesional de Tey en favor de la mujer y su "progresismo", aunque sus explicaciones no convencieron a los grupos de la oposición presentes en la comisión, que, sin cuestionar su actividad editorial, sí pusieron en duda que fuera la persona adecuada para el cargo.

Una polémica "demagógica" por la campaña electoral

Zaplana, convencido de que la polémica no habría surgido de no haberse celebrado la campaña electoral y de que se ha hecho una utilización "demagógica" del caso, basó su argumentación en que las manifestaciones sobre la violación del libro son propias de un personaje de ficción, y que no se pueden atribuir esas opiniones ni al autor ni al editor del libro. De hecho, a su juicio, supone "un insulto" decir que algún miembro del Gobierno puede compartir las opiniones de ese personaje de ficción.

El Gobierno, insistió, no puede ser "censor ni vigilante del correcto ejercicio de la libertad de expresión", ya que esa es la función de los tribunales de justicia, a los que nadie ha acudido porque las acusaciones son "demagógicas e infundadas".

La portavoz socialista, Micaela Navarro, explicó que el PSOE "no ha pedido la censura de nada ni de nadie, sino el cese de la directora" del Instituto de la Mujer al entender que no es la persona idónea si publica obras en las que se contradicen los derechos que debe defender desde su cargo público. Navarro, para quien el libro no sólo describe una violación sino que la "justifica y reivindica" y se trata por lo tanto de una apología, preguntó a Zaplana si entendería que un director general del Ministerio de Interior editara un relato de ficción en el que "se reivindicara el buen nombre de los terroristas de ETA".

Para la portavoz socialista, con la edición del libro Tey ha "desprestigiado" al Instituto de la Mujer y si Zaplana no la cesa "debería replantearse incluso su propia dimisión". Ante la defensa de la libertad de expresión, Navarro, como el resto de las portavoces, recordó que hay límites y citó por ejemplo que un observatorio de la publicidad vela porque no se emitan anuncios sexistas.

CiU: los intelecturales no son directores del Instituto de la Mujer

En el mismo sentido la portavoz de CiU, Mercé Pigem, aseguró que lo que se cuestiona no es la capacidad de Tey, sino su idoneidad para el cargo; a su juicio, "sería más consecuente su dimisión", pero si continúa en el cargo debe ofrecer explicaciones públicas. Al referirse Zaplana a los numerosos escritores e intelectuales que han defendido la publicación del libro, Pigem le recordó que ninguno de ellos son directores del Instituto de la Mujer.

La portavoz del PNV, Inmaculada Loroño, fue la única que evitó pedir el cese directamente, pero consideró que el libro "viola y ultraja" de nuevo a las mujeres violadas y confió en que, en el marco de la política de tolerancia cero, "pueda más el respeto a la dignidad de las mujeres que el orgullo personal y se tomen las medidas adecuadas". Por parte de la Entesa Catalana de Progrés, Marta Cid apostó por asumir las consecuencias políticas y pidió la dimisión de Tey, mientras que la senadora de Eusko Alkartasuna, Inmaculada Boneta, se sumó a estas palabras y, sin dudar de la valía profesional de la directora, estimó que no es "apta" para el cargo.

Frente a estas manifestaciones, la portavoz del PP María Jesús Sainz consideró que los hechos "han sido manipulados de forma claramente partidista", subrayó que la literatura nunca debe servir "para levantar espíritus inquisitoriales" y estimó que Tey ha podido ser objeto de "un acoso de género", pues nunca se han levantado voces contra un editor hombre por publicar libros de ese tipo.

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