L D (EFE) Se trata de 280 subfusiles ametralladores K1A y 100 de asalto K2, con 760 cargadores en total, unas armas de guerra de contrabando, que según informaciones obtenidas por unidades de inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía, eran transportadas de forma ilegal y con documentación falsa, por lo que se sospecha que su destino real podía ser otro país africano en situación bélica.
La operación ha sido coordinada por el juzgado número 19 de Barcelona, cuyo titular ha ordenado descargar del buque el contenedor de 40 pies sospechoso de contener las armas y proceder a su apertura y registro. Las armas intervenidas han sido depositadas en instalaciones del Ejército de Tierra a disposición de la autoridad judicial competente, mientras que las investigaciones por presuntos delitos de contrabando y tráfico de armas continúan abiertas.
En concreto, los 280 subfusiles ametralladoras K1A eran del calibre 5,56 mm, con 560 cargadores, utensilios de limpieza y mantenimiento y libros de instrucciones para cada arma. Respecto a los 100 fusiles de asalto ametralladores K2, eran del calibre 5,56 mm., con lanzagranadas, 200 cargadores, utensilios de limpieza y mantenimiento y también con libros de instrucciones por cada arma. La Policía estima que los responsables de este suceso pueden ser personas extranjeras, ya que, en principio, el cargamento no debía tocar suelo español.
La operación ha sido coordinada por el juzgado número 19 de Barcelona, cuyo titular ha ordenado descargar del buque el contenedor de 40 pies sospechoso de contener las armas y proceder a su apertura y registro. Las armas intervenidas han sido depositadas en instalaciones del Ejército de Tierra a disposición de la autoridad judicial competente, mientras que las investigaciones por presuntos delitos de contrabando y tráfico de armas continúan abiertas.
En concreto, los 280 subfusiles ametralladoras K1A eran del calibre 5,56 mm, con 560 cargadores, utensilios de limpieza y mantenimiento y libros de instrucciones para cada arma. Respecto a los 100 fusiles de asalto ametralladores K2, eran del calibre 5,56 mm., con lanzagranadas, 200 cargadores, utensilios de limpieza y mantenimiento y también con libros de instrucciones por cada arma. La Policía estima que los responsables de este suceso pueden ser personas extranjeras, ya que, en principio, el cargamento no debía tocar suelo español.