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Batlle matiza su ataque al FMI y dice que sólo le propusieron el establecimiento de un "corralito"

El presidente uruguayo, Jorge Batlle, ha matizado sus duras declaraciones contra el Fondo Monetario Internacional. Ahora dice que el FMI no le sugirió hace un año que renunciara, sino que tomara medidas de bloqueo de los depósitos bancarios del estilo del "corralito" de Argentina.

L D (EFE) En una carta publicada en el diario uruguayo "El País" para aclarar unas explosivas declaraciones que hizo el viernes por la noche, Batlle señaló que interpretó que esa medida lo llevaría a tener que renunciar y llamar a elecciones anticipadas y por eso no la tomó. El presidente quiso dejar claro que "en ningún momento" el chileno Eduardo Aninat, por entonces subdirector gerente del organismo, "personalmente, ni en nombre del FMI", le sugirió renunciar. "Fueron mías las expresiones relativas a las consecuencias que originarían las medidas sugeridas", asegura Batlle en su nota.

El presidente uruguayo recibió una llamada de Aninat en su residencia el sábado 20 de julio de 2002, en medio de la peor crisis financiera del sistema bancario uruguayo derivada de la pérdida de reservas por 3.170 millones de dólares, y que se saldó con la quiebra de cuatro bancos. Batlle, en una entrevista concedida el viernes al Canal 12 de televisión de Montevideo, reveló que le dijo a Aninat "usted me está diciendo a mi que yo en quince minutos, tengo que empezar a hacer las valijas (maletas) para que me pase lo mismo que le ha pasado a otros. Y yo no lo voy a hacer".

En la carta, Batlle afirma que en su respuesta al representante del FMI le dijo: "una medida de esa naturaleza (corralito) habría comprometido la situación política e institucional" de Uruguay, y ello "determinaría un colapso que me llevaría a tener que preparar las valijas (maletas) y seguir caminos conocidos". Las declaraciones de Batlle, que sorprendieron a sus compatriotas, se produjeron dos semanas después de la primera visita oficial a Montevideo del director gerente del FMI, el alemán Horst Koehler.

Para poder salir de la crisis, el Gobierno uruguayo dispuso un canje voluntario de sus bonos, tanto a nivel internacional como local, y logró el canje de papeles por 5.362 millones de dólares, de los 11.600 millones, aproximadamente, del total de su deuda externa. Durante su visita a Montevideo Koehler calificó de "éxito" el canje de los bonos y afirmó que Uruguay "demostró ser un país confiable".

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