L D (Agencias) En conferencia de prensa, el presidente de Grecia, país que ostenta la presidencia en turno de la UE, Costas Simitis, ha informado de que el proyecto de Constitución europea presentado por el presidente de la Convención Valery Giscard d'Estaign, ha sido aceptado por los 25 jefes de Estado y de Gobierno presentes en la Cumbre de Salónica, como documento de base para la conferencia intergubernamental que comenzará en octubre próximo.
La Convención ha conseguido "aproximar nuestra Unión a sus ciudadanos, reforzar el carácter democrático, facilitar la capacidad de adoptar decisiones, especialmente tras su ampliación, incrementar la capacidad de actuar como una fuerza unificada y coherente en el sistema internacional, y afrontar con eficacia los retos que plantean la mundialización y la interdependencia", señala el texto. El Consejo Europeo manifiesta su "gratitud" por el trabajo realizado por Giscard, por los vicepresidentes, Jean-Luc Dehaene y Giuliano Amato, así como por los miembros y los suplentes de la Convención. Será la presidencia italiana, que se inicia el 1 de julio, la que deberá iniciar el procedimiento establecido en el artículo 48 del Tratado a fin de que la CIG "pueda convocarse en octubre de 2003", según el borrador de conclusiones de la cumbre de Salónica. Para ello tomará como partida el proyecto elaborado por la Convención sobre el futuro de Europa. Los diez estados adherentes de Europa central y oriental participarán plenamente en la CIG "en pie de igualdad con los actuales Estados miembros", y el Tratado Constitucional será firmado "lo antes posible tras el 1 de mayo de 2004", fecha prevista para la ampliación.
La Conferencia Intergubernamental se desarrollará "bajo la dirección de los jefes de Estado o de Gobierno, asistidos por los miembros del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores". Un representante de la Comisión Europea participará en los trabajos, así como el Parlamento Europeo, que "estará estrechamente asociado". Los tres países candidatos, "Bulgaria y Rumanía con los que están en curso negociaciones de adhesión, y Turquía", participarán en calidad de observadores en todas las sesiones de la Conferencia.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, adelantó que reclamará en la Conferencia Intergubernamental que se celebra en la Cumbre de Salónica, Grecia, que en el texto definitivo de la Constitución de la Unión Europea (UE). El preámbulo del proyecto constitucional sólo hace una referencia a la inspiración en la UE de las "herencias culturales, religiosas y humanistas". Aznar defendió que la Constitución Europea mantenga los equilibrios del Tratado de Niza que ve alterados en el sistema de votación del Consejo propuesto por la Convención y abogó por explicitar en ese texto la herencia cristiana en la UE.
En la reunión del Partido Popular Europeo (PPE), Aznar dijo que “quien quiera construir la Unión Europea debe recordar su proceso histórico y sobre todo la fuerte influencia del cristianismo tanto en el pasado como en la actualidad”. El preámbulo del proyecto constitucional sólo hace una referencia a la inspiración en la UE de las "herencias culturales, religiosas y humanistas", y Aznar desea que se detalle la importancia de la herencia cristiana en Europa. También esta propuesta contó, según López Istúriz, con el asentimiento de los líderes del PPE y con un apoyo especialmente expreso del primer ministro portugués. Al respecto, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, en una conferencia de prensa en la que expuso la posición española ante los asuntos abordados en la primera jornada del Consejo Europeo, recordó que España defendió incluir esa referencia en el preámbulo, no en la parte dispositiva de la futura Constitución.
La Convención ha conseguido "aproximar nuestra Unión a sus ciudadanos, reforzar el carácter democrático, facilitar la capacidad de adoptar decisiones, especialmente tras su ampliación, incrementar la capacidad de actuar como una fuerza unificada y coherente en el sistema internacional, y afrontar con eficacia los retos que plantean la mundialización y la interdependencia", señala el texto. El Consejo Europeo manifiesta su "gratitud" por el trabajo realizado por Giscard, por los vicepresidentes, Jean-Luc Dehaene y Giuliano Amato, así como por los miembros y los suplentes de la Convención. Será la presidencia italiana, que se inicia el 1 de julio, la que deberá iniciar el procedimiento establecido en el artículo 48 del Tratado a fin de que la CIG "pueda convocarse en octubre de 2003", según el borrador de conclusiones de la cumbre de Salónica. Para ello tomará como partida el proyecto elaborado por la Convención sobre el futuro de Europa. Los diez estados adherentes de Europa central y oriental participarán plenamente en la CIG "en pie de igualdad con los actuales Estados miembros", y el Tratado Constitucional será firmado "lo antes posible tras el 1 de mayo de 2004", fecha prevista para la ampliación.
La Conferencia Intergubernamental se desarrollará "bajo la dirección de los jefes de Estado o de Gobierno, asistidos por los miembros del Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores". Un representante de la Comisión Europea participará en los trabajos, así como el Parlamento Europeo, que "estará estrechamente asociado". Los tres países candidatos, "Bulgaria y Rumanía con los que están en curso negociaciones de adhesión, y Turquía", participarán en calidad de observadores en todas las sesiones de la Conferencia.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, adelantó que reclamará en la Conferencia Intergubernamental que se celebra en la Cumbre de Salónica, Grecia, que en el texto definitivo de la Constitución de la Unión Europea (UE). El preámbulo del proyecto constitucional sólo hace una referencia a la inspiración en la UE de las "herencias culturales, religiosas y humanistas". Aznar defendió que la Constitución Europea mantenga los equilibrios del Tratado de Niza que ve alterados en el sistema de votación del Consejo propuesto por la Convención y abogó por explicitar en ese texto la herencia cristiana en la UE.
En la reunión del Partido Popular Europeo (PPE), Aznar dijo que “quien quiera construir la Unión Europea debe recordar su proceso histórico y sobre todo la fuerte influencia del cristianismo tanto en el pasado como en la actualidad”. El preámbulo del proyecto constitucional sólo hace una referencia a la inspiración en la UE de las "herencias culturales, religiosas y humanistas", y Aznar desea que se detalle la importancia de la herencia cristiana en Europa. También esta propuesta contó, según López Istúriz, con el asentimiento de los líderes del PPE y con un apoyo especialmente expreso del primer ministro portugués. Al respecto, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, en una conferencia de prensa en la que expuso la posición española ante los asuntos abordados en la primera jornada del Consejo Europeo, recordó que España defendió incluir esa referencia en el preámbulo, no en la parte dispositiva de la futura Constitución.