L D (EFE) Cubiertas con una tela negra de versos del Corán dorados, las siamesas Ladan y Laleh, que acudieron a Singapur con el deseo de ser operadas para vivir de forma independiente, han entrado en la mezquita singapurense de Ba Alwi antes de ser trasladadas al aeropuerto de Singapur para tomar un avión con destino Irán. Fuera del templo y por las calles, una gran multitud les daba su última despedida con rezos y plegarias.
El oficio religioso ha sido presidido por el líder islámico Syed Isa Semait, en el que también han participado el ministro de asuntos islámicos y el portavoz del hospital Raffles de Singapur. Con esto termina la estancia de las dos hermanas en Singapur, desde que llegaron en noviembre de 2002 para ser sometidas a la difícil operación que ha resultado fallida.
En la comunidad internacional la polémica no ha hecho más que empezar. El médico británico Richard Nicholson considera que con tantos riesgos no debería haber sido intervenidas, mientras que Michael Wilks, que encabeza la Asociación Británica de Medicina, tilda de “excelente” el trabajo llevado a cabo por los médicos.
El oficio religioso ha sido presidido por el líder islámico Syed Isa Semait, en el que también han participado el ministro de asuntos islámicos y el portavoz del hospital Raffles de Singapur. Con esto termina la estancia de las dos hermanas en Singapur, desde que llegaron en noviembre de 2002 para ser sometidas a la difícil operación que ha resultado fallida.
En la comunidad internacional la polémica no ha hecho más que empezar. El médico británico Richard Nicholson considera que con tantos riesgos no debería haber sido intervenidas, mientras que Michael Wilks, que encabeza la Asociación Británica de Medicina, tilda de “excelente” el trabajo llevado a cabo por los médicos.