(Libertad Digital) Ya hay respuesta airada –de las que delatan– al primer ataque serio de Aznar sobre la política del PSOE en Cataluña. Y la demostración de que no hay diferencia de objetivos con lo que hace el PNV en el País Vasco, es que la reacción es la misma que tantas veces esgrime Ibarretxe, el enfrentamiento. Dice Maragall que lo que busca el presidente del Gobierno es “como ya ha hecho con el País Vasco, enfrentar la Cataluña que quiere el cambio con su concepto autoritario y preconstitucional de España”. Que él mismo ponga el País Vasco como ejemplo y que coincida con Ibarretxe ( “quieren que los vascos y las vascas no partamos la cara en la calle” , suele decir el lehendakari) no hace sino confirmar que la línea abierta por el presidente es la correcta. Si hay una diferencia es que en el caso catalán, Zapatero presume en público de apoyar la deriva nacionalista mientras en el País Vasco lo niega.
Tras el aviso de Aznar, Pasqual Maragall ha defendido este jueves a través de un comunicado su propuesta de reforma del Estatuto catalán y ha advertido que "la pareja Aznar-Mas no me hará callar en la defensa de Cataluña y de la España plural". Para el socialista catalán, las declaraciones de Aznar suponen "una nueva agresión verbal contra nuestro proyecto de mejora del autogobierno de Cataluña y contra nuestras propuestas de construcción de una España plural".
”Una Cataluña libre en una España federal”. El papel de Zapatero
Pero, en el mismo comunicado, confiesa en qué consiste esa “mejora” de autogobierno: "Digámoslo claro. Nuestra propuesta de Estatuto define una Cataluña libre en una España federal". Es decir, que su propuesta no es sólo para Cataluña (pone en duda que en su Comunidad haya libertad) sino para toda España y esa es la razón por la que tanto exhibe el aval de Zapatero. También aquí, las similitudes con la situación política del País Vasco ayudan a comprender el papel del PSOE.
El 11 de julio de 2002, Maragall reconoció ante el propio Zapatero que la política del PSOE en el País Vasco no era acertada: “complica la situación”, dijo. Argumentaba que desde la oposición no se puede luchar contra las iniciativas de confrontación del PP (en el poder) hacia el PNV. La apuesta era el diálogo abierto con Ibarretxe pero desde un Gobierno socialista dirigido por Zapatero. Con el PSOE en La Moncloa y Maragall en Cataluña parece que muchos nacionalistas se sentirían muy cómodos. Y ese es el escenario que han dibujado los nacionalistas vascos como idóneo para la ruptura total, y quizá sincronizada, con España.
Maragall ha reiterado este jueves su apuesta de reforzar las relaciones “entre los antiguos territorios de la Corona de Aragón” y que Rodríguez Zapatero comparte su proyecto aunque no querido referirse a los territorios del sur de Francia que le recordó Aznar.
Pero su comunicado también llega hasta Artur Mas: "los ataques de la derecha española y la derecha catalana coinciden" ya que, a su juicio, "tienen un enemigo común (los socialistas), que es un peligro para la continuidad de sus dos gobiernos". Para Maragall "cada día que pasa es más vergonzosa la alianza que ha mantenido Aznar durante siete años con la federación de Pujol, Duran y Mas", así como "la defensa de la política económica del PP que Mas y Duran están haciendo en su viaje de embajadores de Aznar por América Latina".
Concluye diciendo que "a Maragall no se le puede comprar. Ni Aznar ni los que le han dado apoyo desde Cataluña no nos harán callar", y ha añadido que "nosotros no pactaremos nunca con el PP, como ha hecho CiU".
Tras el aviso de Aznar, Pasqual Maragall ha defendido este jueves a través de un comunicado su propuesta de reforma del Estatuto catalán y ha advertido que "la pareja Aznar-Mas no me hará callar en la defensa de Cataluña y de la España plural". Para el socialista catalán, las declaraciones de Aznar suponen "una nueva agresión verbal contra nuestro proyecto de mejora del autogobierno de Cataluña y contra nuestras propuestas de construcción de una España plural".
”Una Cataluña libre en una España federal”. El papel de Zapatero
Pero, en el mismo comunicado, confiesa en qué consiste esa “mejora” de autogobierno: "Digámoslo claro. Nuestra propuesta de Estatuto define una Cataluña libre en una España federal". Es decir, que su propuesta no es sólo para Cataluña (pone en duda que en su Comunidad haya libertad) sino para toda España y esa es la razón por la que tanto exhibe el aval de Zapatero. También aquí, las similitudes con la situación política del País Vasco ayudan a comprender el papel del PSOE.
El 11 de julio de 2002, Maragall reconoció ante el propio Zapatero que la política del PSOE en el País Vasco no era acertada: “complica la situación”, dijo. Argumentaba que desde la oposición no se puede luchar contra las iniciativas de confrontación del PP (en el poder) hacia el PNV. La apuesta era el diálogo abierto con Ibarretxe pero desde un Gobierno socialista dirigido por Zapatero. Con el PSOE en La Moncloa y Maragall en Cataluña parece que muchos nacionalistas se sentirían muy cómodos. Y ese es el escenario que han dibujado los nacionalistas vascos como idóneo para la ruptura total, y quizá sincronizada, con España.
Maragall ha reiterado este jueves su apuesta de reforzar las relaciones “entre los antiguos territorios de la Corona de Aragón” y que Rodríguez Zapatero comparte su proyecto aunque no querido referirse a los territorios del sur de Francia que le recordó Aznar.
Pero su comunicado también llega hasta Artur Mas: "los ataques de la derecha española y la derecha catalana coinciden" ya que, a su juicio, "tienen un enemigo común (los socialistas), que es un peligro para la continuidad de sus dos gobiernos". Para Maragall "cada día que pasa es más vergonzosa la alianza que ha mantenido Aznar durante siete años con la federación de Pujol, Duran y Mas", así como "la defensa de la política económica del PP que Mas y Duran están haciendo en su viaje de embajadores de Aznar por América Latina".
Concluye diciendo que "a Maragall no se le puede comprar. Ni Aznar ni los que le han dado apoyo desde Cataluña no nos harán callar", y ha añadido que "nosotros no pactaremos nunca con el PP, como ha hecho CiU".