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Doce muertos tras la explosión de un coche bomba frente a la embajada de Jordania en Bagdad

Un coche bomba explotó frente a la embajada de Jordania en Bagdad causando la muerte a doce personas y dejando heridas a otras 57. Decenas de iraquíes se congregaron a las afueras de la sede diplomática y lanzaron consignas contra el rey jordano Abdalá II. Los soldados estadounidenses presentes no intervinieron.

LD (Agencias) El Gobierno de Jordania ha condenado enérgicamente el atentado terrorista contra su embajada en Bagdad, que la mañana de este jueves provocó la muerte a doce personas y dejó heridas a 57. Según las autoridades militares estadounidenses, una camioneta marca Kia explotó a la entrada de la sede destruyendo completamente cuatro vehículos y derrumbó una garita del personal de seguridad. El ataque, en el que resultó herido también el primer secretario de la embajada, Omar al-Shiyab, tuvo lugar en el barrio de Takata Al-Mansur, en el oeste de la capital.

Varios periodistas han señalado que en el patio de la embajada se encontraron cuatro cuerpos carbonizados. Naufal Solima, director adjunto del hospital Iskan, ha informado de que dos hombres, una mujer y un niño iraquíes murieron, así como un policía y dos jordanos”. Añadió que “otras cuarenta personas resultaron heridas, entre ellas algunas en un estado de shock”. Este es el primer ataque contra una sede diplomática árabe en Bagdad desde la caída del régimen de Sadam Husein, el nueve de abril.

Tras la explosión, decenas de iraquíes se congregaron frente a la embajada y comenzaron a corear eslóganes contra el reino hachemí, y algunos de ellos irrumpieron en la sede diplomática, donde rompieron retratos del rey Abdala II y quemaron la bandera jordana al grito de “¡queremos matarlos a todos!” y “¡son como los estadounidenses. No hay más Dios que Alá. Venceremos!”. En Ammán, el ministro de Información, Nabil As-Sharif, calificó el ataque de “acción cobarde y terrorista”.

La explosión se produjo una semana después de que Abdala II aceptara acoger en Jordania a Ragad y Rana Husein, hijas del derrocado presidente iraquí, Sadam Husein. Aunque oficialmente anunció su rechazo a la intervención militar de EEUU en Irak, el vecino reino hachemí, con grandes intereses económicos y políticos en este último país, permitió que el Pentágono desplegara varios centenares de soldados.

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