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Plan de lucha contra incendios forestales

El Plan Forestal Español, aprobado por el Consejo de Ministros el 5 de Julio de 2002 realiza un estudio de los montes españoles y establece un plan de lucha contra incendios forestales con una serie de medidas.

(Libertad Digital) Los incendios forestales influyen de manera negativa sobre la estabilidad de los ecosistemas forestales, desnudando los suelos y así contribuyendo a acentuar la erosión. Las características climáticas del medio mediterráneo, con prolongadas sequías estivales acompañadas de altas temperaturas y a menudo con fuertes vientos terrales originan un alto grado de sequedad en la vegetación con un elevado riesgo de ignición y propagación en caso de aparecer algún elemento o agente desencadenante.

La gestión sostenible carece de viabilidad si no se logra mantener en sus justos términos de normalidad el problema de los incendios. En el ámbito mediterráneo el fuego constituye un factor de alteración consustancial a las masas forestales que actúa con gran intensidad y cuyos efectos negativos van mucho más allá de la mera destrucción de ecosistemas, propiedades y vidas humanas. Desde el punto de vista del gestor, el gasto dedicado a acciones defensivas como la prevención, vigilancia y extinción de los incendios forestales consume buena parte del presupuesto que podría ser dedicado en su lugar a acciones de restauración, mejora y protección de la biodiversidad de los montes.

Objetivos del plan

Los problemas y necesidades, detectados ya en la fase de diagnóstico de la Estrategia Forestal Española, en relación con los incendios forestales, se centran fundamentalmente en la identificación de causas, la necesidad de fomentar las actuaciones preventivas, con un especial énfasis en la selvicultura, y el mantenimiento del potencial de extinción. En consecuencia, son tres los objetivos planteados:

Determinación y actuación sobre las causas, tanto inmediatas como estructurales. Mejora constante de las acciones de prevención con especial énfasis en la selvicultura preventiva y la sensibilización social. Homogeneización al alza del nivel de eficacia de todas las Administraciones competentes en la extinción.

Medidas necesarias

En relación con la planificación y coordinación:

Coordinación de los planes de las CC.AA. y de la Administración General del Estado (AGE) mediante el Comité de Lucha contra Incendios Forestales (CLIF), basada en la distribución del riesgo y en criterios de coste-eficacia. Fomento de la comarcalización de la defensa contra incendios forestales mediante redacción y aplicación de planes comarcales de defensa por personal técnico competente con formación específica. Seguimiento del peligro de incendios mediante una estadística detallada (Base de datos EGIF), intensificando la aplicación de la teledetección y de las tecnologías SIG para evaluación de daños y determinación de riesgos.

Extensión de los sistemas de predicción del peligro y del comportamiento del fuego mediante refuerzo de la red meteorológica forestal en coordinación con el Instituto Nacional de Meteorología. Revisión periódica de los sistemas de índices de peligro, para su constante adaptación a las condiciones reales de cada zona en particular. Fomento de la contratación plurianual por las Administraciones (AGE/CC.AA.), tanto de personal como de empresas para la defensa contra incendios forestales. Coordinación de las contrataciones de servicios y suministros por las Administraciones (AGE/CC.AA.) para conseguir economías de escala. Fomento de la profesionalización del personal que trabaja en la defensa contra incendios forestales mediante un sistema general (AGE/CC.AA.) de homologación de la formación de dicho personal y su certificación, teniendo en cuenta, además, la experiencia práctica.

En relación con la prevención:

Mejora de los sistemas de identificación de las causas para reducir el porcentaje de las clasificadas como desconocidas, mediante fomento de los Cursos de formación para agentes forestales y policías y del número de brigadas de investigación que funcionan en varias CC.AA. Introducción de normas legales disuasorias del empleo del fuego por intereses económicos y aplicación de las sanciones previstas por la legislación forestal y por el Código Penal. Sensibilización de la población para evitar el empleo del fuego en el monte, mediante campañas permanentes y estacionales. Evaluación de los posibles efectos no deseados de la aplicación de los sistemas comunitarios de subvenciones a la ganadería extensiva.

Programa específico de prevención de incendios provocados por las quemas realizadas por agricultores y ganaderos mediante:

Concienciación directa de la población rural sobre los daños que el fuego causa a su propia economía. Organización conjunta de quemas controladas entre la Administración y las asociaciones de agricultores y ganaderos, fomentando el funcionamiento de equipos comarcales de prevención integral. Refuerzo de la vigilancia móvil con fines disuasorios, fomentando el equipamiento de patrullas municipales en las zonas de mayor riesgo. Fomento de las asociaciones de voluntarios para la vigilancia preventiva. Fomento del asociacionismo forestal para la intensificación de la selvicultura preventiva (áreas cortafuegos, diversificación de especies, quemas controladas, etc.) en montes privados y públicos, y el fortalecimiento de la infraestructura de protección (puntos de agua, sendas, pequeñas bases aéreas...)

Subvención de los trabajos de selvicultura e infraestructuras preventivas que realizan las Comunidades Autónomas. Desarrollo de normativa de áreas cortafuegos en la interfaz urbana/forestal para la autoprotección de urbanizaciones, incluida en los planes de ordenación urbana. Seguimiento de la aplicación del Programa de forestación de tierras agrícolas, para que se realicen las adecuadas labores de selvicultura preventiva.

En relación con el mantenimiento y mejora del nivel de eficacia en la extinción:

Mantenimiento de la flota de aviones anfibios y helicópteros para cobertura aérea general con la colaboración del Ejército del Aire y de la Guardia Civil. Mejora de la coordinación para hacer frente a los grandes incendios mediante utilización por todas las Administraciones (CC.AA./AGE) de Unidades Aéreas de Coordinación, Unidades Móviles de Meteorología, y Transmisiones y Brigadas de refuerzo (BRIF). Extensión de los sistemas de toma de decisiones mediante aplicación a territorios concretos de los métodos informáticos de predicción y simulación del comportamiento del fuego y de gestión de medios.

Mantenimiento del sistema de normalización de materiales y equipos a través del Comité de Lucha contra Incendios Forestales (CLIF), para garantizar la calidad y mejorar las economías de escala de las contrataciones que las distintas Administraciones hacen con sus respectivas dotaciones presupuestarias. Complementariedad de los dos sistemas de extinción actualmente en uso, uno basado en los bomberos urbanos y otro en personal rural debidamente especializado, con el fin de aprovechar las ventajas que uno y otro puedan presentar en cada caso.

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