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Rusia mantendrá el suministro de tecnología nuclear a Irán pese a las evidencias del uso militar

El hallazgo por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de rastros de uranio enriquecido en Irán ha puesto en una situación muy comprometida a Rusia, patrocinadora del programa nuclear "pacífico" de ese país del golfo Pérsico. Moscú insistió en que su cooperación nuclear con Teherán es transparente y no piensa suspenderla.

LD (EFE) La decisión de Rusia se da pese a que todas las miradas se dirigen a ellos y a Pakistán como origen de las tecnologías y materiales que podrían estar ayudando a Irán a fabricar armas atómicas. La voz de alarma la dio el OIEA al señalar que sus inspectores hallaron restos de uranio enriquecido en Natanz, a unos 320 kilómetros al sur de Teherán. Aunque las autoridades iraníes se apresuraron a señalar que ese material estaba ya en "máquinas contaminadas" importadas por Irán, este argumento ha levantado más sospechas y ahora la pregunta clave es dónde adquirió Teherán equipos donde se procesaron componentes básicos de las armas atómicas.

Melissa Fleming, portavoz del OIEA, señaló a la emisora Svoboda-Radio Libertad que el hallazgo "podría confirmar que los iraníes ya han procesado uranio enriquecido", pero también podría ser cierto que el equipo empleado "fue contaminado en otras instalaciones atómicas". Añadió que si el OIEA demuestra que el uranio fue enriquecido en una instalación iraní, significará sin duda alguna que Teherán trata de fabricar bombas atómicas.

Este miércoles, el ministerio de Energía Atómica adelantó que Rusia e Irán podrían firmar entre el 15 y 18 de septiembre en Viena –sede de la sesión general del OIEA–, el acuerdo que garantizará la devolución por Teherán de ese combustible nuclear usado en Bushehr. La firma por Irán de este protocolo es exigida por Rusia para acallar las sospechas de que los científicos iraníes pretenden en realidad procesar esos residuos para obtener uranio enriquecido o plutonio.

Para apaciguar tales sospechas del OIEA y EEUU, Irán manifestó recientemente su disposición a firmar un protocolo adicional al Tratado de No Proliferación Nuclear que permitirá a los inspectores internacionales investigar cuándo y dónde quieran las instalaciones atómicas iraníes. Pero esta buena voluntad no ha tranquilizado ni a los expertos del OIEA (que subrayan que en junio Teherán evitó dar información sobre varias instalaciones sospechosas), ni menos aún a EEUU, que ve con mucha preocupación el momento en que Rusia empiece a enviar contenedores con combustible atómico a Irán.

La respuesta que dio el ministerio ruso de Energía Atómica fue rotunda: la cooperación nuclear ruso-iraní no viola ningún acuerdo o tratado internacional. "Para que Rusia deje de cumplir su compromiso (de construir el reactor nuclear de Bushehr) debe haber, por supuesto, fundamentos serios, legales y políticos, que actualmente no se dan", indicó. El ministerio reconoció la veracidad del hallazgo de huellas de uranio enriquecido en Irán, pero no se pronunció sobre si el origen de esos equipos era Moscú.

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