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DOCUMENTO: Blair segundo primer ministro en declarar en una vista judicial pública

Tony Blair hizo historia con su testificación ante el juez del “caso Kelly”, al convertirse en el segundo jefe de Gobierno británico que declara en una vista judicial pública, después de la comparecencia de John Major en 1994. Un dato curioso es que ambas declaraciones giraron en torno a asuntos polémicos relacionados con Irak.

LD (Agencias) Mientras que Blair testificó por la muerte del científico David Kelly (fuente de una noticia de la BBC que acusó al Gobierno de exagerar pruebas para justificar la guerra en Irak), Major lo hizo por la venta ilegal de armas al régimen de Bagdad.

El actual primer ministro prestó declaración en la sala 73 del Tribunal de Justicia de Londres ante el juez James Hutton, que investiga la muerte en aparente suicidio de Kelly, experto en armas iraquíes y asesor del Ministerio de Defensa británico. El gobernante laborista explicó su versión del “caso Kelly” en una audiencia totalmente abierta al escrutinio del público -decenas de personas hicieron cola durante toda la noche para poder asistir a la vista- y de los medios de comunicación.

El jefe del Ejecutivo no pisaba un juzgado desde hacía décadas, cuando ejercía como abogado, antes de lograr en 1983 su escaño de diputado en la Cámara de los Comunes. Blair engrosa así la lista de dirigentes occidentales que en los últimos años han comparecido en una vista, en la que figuran su amigo Bill Clinton -que declaró en 1998 como presidente de EEUU en el caso de la becaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky- o el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que este año testificó por presunta corrupción.

La esperada comparecencia del gobernante laborista, en la que intentó salvar su mermada credibilidad política, sólo tiene un precedente en la historia del Reino Unido: el testimonio del conservador John Major en la llamada “investigación Scott”. Major, que en 1990 sucedió a Margaret Thatcher, la “dama de hierro”, compareció en 1994 en el proceso abierto por el juez Richard Scott sobre la venta ilegal de armas de su antecesora al régimen del ahora depuesto presidente iraquí, Sadam Husein.

El político conservador tuvo una actuación convincente ante el magistrado Scott y no salió malparado del escándalo, algo que no pudo evitar su catastrófica derrota en las elecciones generales de 1997, que aupó al poder al Partido Laborista de Blair. Anteriormente, Thatcher testificó en 1982 en la investigación dirigida por el alto funcionario Lord Franks sobre las circunstancias que provocaron la guerra de las islas Malvinas, que enfrentó ese mismo año al Reino Unido y Argentina. Sin embargo, la “dama de hierro” prestó declaración en una audiencia a puerta cerrada, a diferencia de Tony Blair y John Major.

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