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Los miembros del primer gabinete iraquí de la posguerra se fijan como meta restablecer la seguridad

El primer Gobierno de la posguerra iraquí está formado según criterios religiosos y étnicos y estará estrechamente controlado por EEUU, ya que la última palabra la tendrá el gobernador "de facto" en Irak, el estadounidense Paul Bremer. La prioridad de ese Gobierno será restablecer la seguridad en un país azotado por los atentados indiscriminados.

LD (Agencias) El reparto de los ministerios, que fue anunciado el viernes pero sin especificar nombres concretos, es similar al que existía en el Consejo Provisional de Gobierno (CPG), también compuesto por 25 miembros, de los que trece son chiíes, cinco suníes, cinco kurdos, uno turcomano y uno cristiano. El nuevo gabinete no tendrá primer ministro, ya que será Bremer quien tenga la decisión final, al menos hasta la formación de un Gobierno nacional salido de unas elecciones generales.

Los tres ministerios más importantes, en ausencia de las carteras de Defensa, Asuntos Islámicos e Información, suprimidas por Bremer, han ido a parar a un chií, un suní y un kurdo. El chií Ibrahim Bahr al-Uloum será ministro de Petróleo, la cartera más importante al ser la exportación de crudo la principal fuente iraquí de ingresos. Ibrahim al-Uloum es prácticamente un desconocido en el sector, pero posee una titulación en Petróleo y Minas de la Universidad de Nuevo México en EEUU y ha trabajado en la industria petrolera de Kuwait.

El suní Nuri Badran, designado titular de Interior, había trabajado como diplomático antes de unirse en el exilio al entonces opositor Acuerdo Nacional (AN), cercano a EEUU y considerado un grupo moderado suní. La inestabilidad que reina en Irak será un reto para el nuevo ministerio que asumirá de forma gradual el control de la seguridad en el país. La cartera de Exteriores ha ido a parar a un kurdo, por primera vez en la historia de Irak, con el nombramiento de Hoshiar Zebari, destacado líder del Partido Democrático Kurdo (PDK) y consejero de su dirigente Masud Barzani.

El nuevo Gobierno no contará con ministerios de Defensa e Información, disueltos en mayo por Bremer, quien además eliminó la cartera de Asuntos Islámicos por las diferencias insalvables entre sunís y chiís. La ausencia de un Ejército iraquí hace que la policía local, que contará con unos 40.000 agentes, se esté responsabilizando, gradualmente y en colaboración con las tropas de EEUU, de restablecer el orden en un país azotado por los atentados.

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