(Libertad Digital) Romano Prodi ha exculpado al comisario de Economía, Pedro Solbes, –del que ha dicho es "una persona sumamente honrada"– en el escándalo financiero de Eurostat, así como a los otros dos comisarios implicados, la de Presupuesto, Michaele Schreyer, y el de Reforma Administrativa, Neil Kinnock. Prodi considera que no son culpables de lo que ha ocurrido ya que basaron su método de trabajo en la "confianza". Aún así, ha reconocido que "todo será investigado y si es necesario será objeto de sanciones".
Solbes "no fue correctamente informado por su director general -ha dicho Romano Prodi ante la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo (COCOBU)- a la vista del dossier podríamos hablar casi de desinformación" (...) "No fue informado de ninguno de los asuntos, repito, de ninguno de los asuntos que trata el informe de la OLAF. Esto es muy importante", agregó el presidente de la Comisión Europea.
Prodi ha reconocido que su equipo reaccionó "tarde" y que no captó las numerosas señales que, por distintas vías, llegaron al Ejecutivo de la UE desde el año 2000 sobre las irregularidades de Eurost". A su juicio, los peores hechos se produjeron antes de que él estuviese al frente de la Comisión Europea, sin embargo, ha reconocido que después se siguieron detectando anomalías. Por eso, el presidente de la CE se ha comprometido a introducir códigos de conducta o deontológicos y a facilitar más medios a la OLAF para detectar este tipo de fraudes. "Nos hemos encaminado por una nueva vida" y estos acontecimientos "no se repetirán".
La OLAF reconoce que las irregularidades de Eurostat continuaron durante el mandato de Prodi
Según el informe de la Oficina de Lucha contra el Fraude (OLAF), entregado a los europarlamentarios en la noche de este miércoles y recogido por la agencia Efe , la venta de datos estadísticos europeos siguió generando beneficios para algunas empresas vinculadas al director general de Eurostat, Yves Franchet, tras la entrada de Romano Prodi como presidente de la CE. Aunque todavía se desconocen más detalles sobre estos beneficios, sí se sabe que las mismas empresas, que abrieron cuentas negras en 1999, antes de la llegada de la comisión Prodi, han mantenido trato de privilegio.
El mayor problema está en la oficina de datos estadísticos. Una de las tres oficinas conflictivas, la de Madrid, mantuvo sus problemas hasta el año 2002. Casi todas las miradas se centran en el comisario Solbes porque las mismas conclusiones han indicado que elementos claves sobre estos problemas fueron eliminados de un documento que previamente supervisó su gabinete. Miembros del equipo de Solbes han negado tener relación alguna con esa manipulación de documentos.
Solbes "no fue correctamente informado por su director general -ha dicho Romano Prodi ante la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo (COCOBU)- a la vista del dossier podríamos hablar casi de desinformación" (...) "No fue informado de ninguno de los asuntos, repito, de ninguno de los asuntos que trata el informe de la OLAF. Esto es muy importante", agregó el presidente de la Comisión Europea.
Prodi ha reconocido que su equipo reaccionó "tarde" y que no captó las numerosas señales que, por distintas vías, llegaron al Ejecutivo de la UE desde el año 2000 sobre las irregularidades de Eurost". A su juicio, los peores hechos se produjeron antes de que él estuviese al frente de la Comisión Europea, sin embargo, ha reconocido que después se siguieron detectando anomalías. Por eso, el presidente de la CE se ha comprometido a introducir códigos de conducta o deontológicos y a facilitar más medios a la OLAF para detectar este tipo de fraudes. "Nos hemos encaminado por una nueva vida" y estos acontecimientos "no se repetirán".
La OLAF reconoce que las irregularidades de Eurostat continuaron durante el mandato de Prodi
Según el informe de la Oficina de Lucha contra el Fraude (OLAF), entregado a los europarlamentarios en la noche de este miércoles y recogido por la agencia Efe , la venta de datos estadísticos europeos siguió generando beneficios para algunas empresas vinculadas al director general de Eurostat, Yves Franchet, tras la entrada de Romano Prodi como presidente de la CE. Aunque todavía se desconocen más detalles sobre estos beneficios, sí se sabe que las mismas empresas, que abrieron cuentas negras en 1999, antes de la llegada de la comisión Prodi, han mantenido trato de privilegio.
El mayor problema está en la oficina de datos estadísticos. Una de las tres oficinas conflictivas, la de Madrid, mantuvo sus problemas hasta el año 2002. Casi todas las miradas se centran en el comisario Solbes porque las mismas conclusiones han indicado que elementos claves sobre estos problemas fueron eliminados de un documento que previamente supervisó su gabinete. Miembros del equipo de Solbes han negado tener relación alguna con esa manipulación de documentos.