L D (EFE) En la penúltima oportunidad en la batalla por el podio, Heras se jugó el pleno en el ascenso a Navacerrada, consiguió descolgar al líder y tras un vertiginoso descenso sacó una renta de 1.14 respecto a Nozal y el hasta entonces segundo clasificado de la general, Igor González, ahora tercero. La general mantuvo a Nozal arriba aún con 1.55 respecto al jefe de filas del US Postal, una diferencia que permite mantener el interés de la Vuelta hasta la contrarreloj de este sábado, en Abantos.
El líder del ONCE Eroski aguantó con la ayuda de varios compañeros, pero la sensación de flojedad en el puerto madrileño instala la duda en la antesala del duelo final. El maillot oro sabía que iba a sufrir en la sierra de Madrid, tal vez presionado por tantos días de competición bajo los focos del protagonismo, pero la herida no fue tan grande como las flojas prestaciones que exhibió en un puerto de primera y 11 km de ascenso tendido como Navacerrada.
En pleno desarrollo de la pelea entre los favoritos, Filippo Simeoni, el corredor que ya ganara en Cuenca en 2001 entrando en meta con la bicicleta alzada con las dos manos, se proclamaba vencedor al esprint por delante de su compañero de fuga, el danés del Milaneza Klaus Moller, ambos con un tiempo de 3h.51.18 tras cubrir los 164 kms entre Alcobendas y Collado Villalba.
Por detrás, a 16 segundos el tren de Heras, Cárdenas, Valverde, Sevilla, Unai Osa, Mancebo y Laiseka a 16 segundos y el grupo del líder a 1.30 después de un desesperado trabajo de persecución de los hombres de Manolo Saiz. El director deportivo se despachó con una serie de insultos contra los integrantes de una moto de TVE en pleno ascenso a Navacerrada.
Simeoni partió en la escapada buena de la jornada en el km 6 junto a 18 corredores, entre los que se encontraban Vicioso, Zaballa, De los Angeles, Edo, Pereiro, Eladio Jiménez, Maestre, Manzano, Lara y Kroon. La fuga llegó a tener hasta 7.30 minutos de ventaja, pero en el Puerto de los Leones y de Los Angeles de San Rafael se produjeron sucesivas selecciones.
El ataque del danés Moller en Navacerrada fue definitivo para la suerte final de la etapa. Se llevó a Simeoni y ambos aguantaron el ritmo frenético que se desarrollaba en los grupos perseguidores. El italiano arrancó de lejos y no dejó opción a Moller, "un compañero ejemplar", según la parte ganadora.
El líder del ONCE Eroski aguantó con la ayuda de varios compañeros, pero la sensación de flojedad en el puerto madrileño instala la duda en la antesala del duelo final. El maillot oro sabía que iba a sufrir en la sierra de Madrid, tal vez presionado por tantos días de competición bajo los focos del protagonismo, pero la herida no fue tan grande como las flojas prestaciones que exhibió en un puerto de primera y 11 km de ascenso tendido como Navacerrada.
En pleno desarrollo de la pelea entre los favoritos, Filippo Simeoni, el corredor que ya ganara en Cuenca en 2001 entrando en meta con la bicicleta alzada con las dos manos, se proclamaba vencedor al esprint por delante de su compañero de fuga, el danés del Milaneza Klaus Moller, ambos con un tiempo de 3h.51.18 tras cubrir los 164 kms entre Alcobendas y Collado Villalba.
Por detrás, a 16 segundos el tren de Heras, Cárdenas, Valverde, Sevilla, Unai Osa, Mancebo y Laiseka a 16 segundos y el grupo del líder a 1.30 después de un desesperado trabajo de persecución de los hombres de Manolo Saiz. El director deportivo se despachó con una serie de insultos contra los integrantes de una moto de TVE en pleno ascenso a Navacerrada.
Simeoni partió en la escapada buena de la jornada en el km 6 junto a 18 corredores, entre los que se encontraban Vicioso, Zaballa, De los Angeles, Edo, Pereiro, Eladio Jiménez, Maestre, Manzano, Lara y Kroon. La fuga llegó a tener hasta 7.30 minutos de ventaja, pero en el Puerto de los Leones y de Los Angeles de San Rafael se produjeron sucesivas selecciones.
El ataque del danés Moller en Navacerrada fue definitivo para la suerte final de la etapa. Se llevó a Simeoni y ambos aguantaron el ritmo frenético que se desarrollaba en los grupos perseguidores. El italiano arrancó de lejos y no dejó opción a Moller, "un compañero ejemplar", según la parte ganadora.