L D (EFE) A las 3,30 hora local una avería por causas todavía no aclaradas interrumpía el suministro eléctrico francés a Italia que, salvó la isla de Cerdeña, quedó totalmente a oscuras de norte a sur. El corte afectó no sólo a la línea principal, sino también, lo que es extraordinario, a la de reserva, lo que creó un desequilibrio en toda la red italiana, que saltó, tal como explicó horas más tarde Carlo Andrea Bollino, presidente del Gestor de la Red, el organismo que en Italia se encarga de todos los aspectos relativos al suministro.
"La red es como una cadena. Si se rompe un anillo, aunque el resto esté bien, la cadena se quiebra", explicó Bollino, quien aseguró que desde las 5,00 horas las líneas estaban restablecidas, pero que la llegada de la energía a todo el país debía retrasarse horas, "como una calefacción, que una vez que se enciende tarda en calentarse".
El resultado del apagón se produjo en un momento en el que el consumo eléctrico era reducido, dado que era madrugada, pero también las centrales funcionan a bajo rendimiento en esas horas. A partir del corte, todo el país quedó a oscuras, y sólo los generadores de emergencia permitieron que en los hospitales no se registraran situaciones graves. Algunas personas tuvieron que ser rescatadas por los bomberos de los ascensores en los que quedaron atrapadas, y el contexto más duro fue el de los cerca de 30 mil viajeros de un centenar de trenes, que vieron su desplazamiento interrumpido, aunque horas más tarde todos habían logrado llegar a su destino con otros medios.
Tras el suceso se puso en marcha una reunión de la Protección Civil, cuyos responsables hicieron llamamientos a los ciudadanos a través de mensajes telefónicos SMS para que mantuvieran la calma y evitaran en lo posible usar sus propios vehículos, puesto que en todo el país los semáforos no funcionaban. El objetivo preferente era garantizar el suministro de gasóleo a sedes institucionales, hospitales, bomberos y Policía, puesto que con ese combustible pueden funcionar los generadores eléctricos de emergencia.
Con el amanecer y las horas sucesivas empezó a recuperarse el fluido eléctrico en diversas zonas del norte de Italia, así como en áreas limitadas de las regiones de Sicilia, Basilicata y Calabria. Después de mediodía llegaba a algunos barrios de Roma, aunque con altibajos, de manera que la luz iba y venía por sorpresa, pero en las regiones de Molise y Abruzzo (centro) permanecía la oscuridad.
A las 13,00 horas el suministro era absoluto en todas las regiones del norte, pero en el resto estaba por debajo del cincuenta por ciento del territorio, con picos a la baja en Campania (capital Nápoles) y Lazio (capital Roma), inferiores al veinte por ciento. Los aeropuertos italianos funcionan en su totalidad, aunque se registran notables retrasos y algunas cancelaciones, lo mismo que en el tráfico ferroviario.
La capital italiana vio interrumpida una noche de fiesta, puesto que el Ayuntamiento había organizado para la pasada madrugada la "Notte bianca", en la que cerca de un millón de personas salieron a las calles para visitar monumentos, museos, comercios y otros locales, abiertos hasta el amanecer en una iniciativa lúdica.
"La red es como una cadena. Si se rompe un anillo, aunque el resto esté bien, la cadena se quiebra", explicó Bollino, quien aseguró que desde las 5,00 horas las líneas estaban restablecidas, pero que la llegada de la energía a todo el país debía retrasarse horas, "como una calefacción, que una vez que se enciende tarda en calentarse".
El resultado del apagón se produjo en un momento en el que el consumo eléctrico era reducido, dado que era madrugada, pero también las centrales funcionan a bajo rendimiento en esas horas. A partir del corte, todo el país quedó a oscuras, y sólo los generadores de emergencia permitieron que en los hospitales no se registraran situaciones graves. Algunas personas tuvieron que ser rescatadas por los bomberos de los ascensores en los que quedaron atrapadas, y el contexto más duro fue el de los cerca de 30 mil viajeros de un centenar de trenes, que vieron su desplazamiento interrumpido, aunque horas más tarde todos habían logrado llegar a su destino con otros medios.
Tras el suceso se puso en marcha una reunión de la Protección Civil, cuyos responsables hicieron llamamientos a los ciudadanos a través de mensajes telefónicos SMS para que mantuvieran la calma y evitaran en lo posible usar sus propios vehículos, puesto que en todo el país los semáforos no funcionaban. El objetivo preferente era garantizar el suministro de gasóleo a sedes institucionales, hospitales, bomberos y Policía, puesto que con ese combustible pueden funcionar los generadores eléctricos de emergencia.
Con el amanecer y las horas sucesivas empezó a recuperarse el fluido eléctrico en diversas zonas del norte de Italia, así como en áreas limitadas de las regiones de Sicilia, Basilicata y Calabria. Después de mediodía llegaba a algunos barrios de Roma, aunque con altibajos, de manera que la luz iba y venía por sorpresa, pero en las regiones de Molise y Abruzzo (centro) permanecía la oscuridad.
A las 13,00 horas el suministro era absoluto en todas las regiones del norte, pero en el resto estaba por debajo del cincuenta por ciento del territorio, con picos a la baja en Campania (capital Nápoles) y Lazio (capital Roma), inferiores al veinte por ciento. Los aeropuertos italianos funcionan en su totalidad, aunque se registran notables retrasos y algunas cancelaciones, lo mismo que en el tráfico ferroviario.
La capital italiana vio interrumpida una noche de fiesta, puesto que el Ayuntamiento había organizado para la pasada madrugada la "Notte bianca", en la que cerca de un millón de personas salieron a las calles para visitar monumentos, museos, comercios y otros locales, abiertos hasta el amanecer en una iniciativa lúdica.