L D (EFE) El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, defendió durante una conferencia a la que asistió el presidente del Gobierno José María Aznar, la conveniencia de reformar puntualmente la Constitución en materias como la modificación del Senado. Fraga, uno de los ponente de la Constitución de 1978 sostuvo que las constituciones se defienden "también reformándolas puntualmente en el tiempo" y subrayó la importancia de "empezar a desdramatizar la necesidad de una revisión de la Constitución".
El jefe del ejecutivo gallego abogó por "proponer y sopesar muchas reformas constitucionales concretas" para "tenerlas teóricamente a punto, de manera que en el momento en el que el juego político lo permita se vayan introduciendo como enmiendas por consenso virtual (sin nacionalistas) o mejor aun por consenso real, o sea, unánime (con nacionalistas)".
Fraga, que hizo estas consideraciones en la conferencia "La Constitución vista hoy", acusó al terrorismo de ser la causa que inhibe todo proceso de reforma constitucional y que frena el impulso autonómico. Para el jefe del ejecutivo gallego, el primer compromiso en esa conmemoración debe ser "la defensa de la Constitución y de la unidad de España", que, subrayó, es compatible con la "necesidad moral e intelectual que experimento de defender la integridad de la Constitución trabajando para que se la enmiende por consenso y sin complejos" de modo que pueda estar siempre adaptada a los tiempos.
El título octavo, 25 años después
En su conferencia, Fraga defendió los éxitos del texto constitucional en tres ámbito concretos: la consolidación de la monarquía parlamentaria como forma de Estado, la de un orden económico y social y la de la estructuración territorial del Estado. En este último aspecto Fraga, que representaba a Alianza Popular en el grupo de ponentes constitucionales, reconoció que fue escéptico entonces con el título VIII de la Constitución –el que regula el Estado de las Autonomías– por la "forma trapacera" con que se elaboró y por el temor a que produjera más problemas de los que podría resolver. Reconoció que, veinticinco años más tarde ha cambiado de opinión y sostiene que el pacto autonómico implícito en la Constitución ha permitido conciliar la unidad de España con las peculiaridades territoriales y ha propiciado niveles de autogobierno impensables hace dos décadas. Pese a ello reconoció la existencia de un "evidente disenso sociológico nacional" en torno al problema de la distribución territorial del poder en la España del siglo XXI que en su opinión se solucionaría a través de la enseñanza y la educación constitucional.
No es "prurito centralista" sino la "actuación criminal de una banda"
Entre tanto, hizo hincapié en la necesidad de mirar "hacia adelante" y no hacia "atrás". En su opinión "caminan hacia atrás" quienes "apoyan el terrorismo y los entornos que actúan a su alrededor embozados en capas eufónicas e hipócritas como la bronca callejera, la guerrilla urbana, la revolución social, la huelga general... y también la autodeterminación, el federalismo y el inmovilismo constitucional".
Se refirió al terrorismo como la "única amenaza que nuestro orden constitucional ha tenido que soportar desde su mismo proceso de aprobación" y denunció que es "la causa principal que inhibe todo proceso de enmienda constitucional ahora y de desarrollo político después". Añadió Fraga que "el impulso autonómico, en particular, no está siendo frenado en España por ningún prurito centralista, sino por la actuación criminal de una organización terrorista que usa la cuestión soberanista o autodeterminista como coartada política para la realización de sus fechorías".
El jefe del ejecutivo gallego abogó por "proponer y sopesar muchas reformas constitucionales concretas" para "tenerlas teóricamente a punto, de manera que en el momento en el que el juego político lo permita se vayan introduciendo como enmiendas por consenso virtual (sin nacionalistas) o mejor aun por consenso real, o sea, unánime (con nacionalistas)".
Fraga, que hizo estas consideraciones en la conferencia "La Constitución vista hoy", acusó al terrorismo de ser la causa que inhibe todo proceso de reforma constitucional y que frena el impulso autonómico. Para el jefe del ejecutivo gallego, el primer compromiso en esa conmemoración debe ser "la defensa de la Constitución y de la unidad de España", que, subrayó, es compatible con la "necesidad moral e intelectual que experimento de defender la integridad de la Constitución trabajando para que se la enmiende por consenso y sin complejos" de modo que pueda estar siempre adaptada a los tiempos.
El título octavo, 25 años después
En su conferencia, Fraga defendió los éxitos del texto constitucional en tres ámbito concretos: la consolidación de la monarquía parlamentaria como forma de Estado, la de un orden económico y social y la de la estructuración territorial del Estado. En este último aspecto Fraga, que representaba a Alianza Popular en el grupo de ponentes constitucionales, reconoció que fue escéptico entonces con el título VIII de la Constitución –el que regula el Estado de las Autonomías– por la "forma trapacera" con que se elaboró y por el temor a que produjera más problemas de los que podría resolver. Reconoció que, veinticinco años más tarde ha cambiado de opinión y sostiene que el pacto autonómico implícito en la Constitución ha permitido conciliar la unidad de España con las peculiaridades territoriales y ha propiciado niveles de autogobierno impensables hace dos décadas. Pese a ello reconoció la existencia de un "evidente disenso sociológico nacional" en torno al problema de la distribución territorial del poder en la España del siglo XXI que en su opinión se solucionaría a través de la enseñanza y la educación constitucional.
No es "prurito centralista" sino la "actuación criminal de una banda"
Entre tanto, hizo hincapié en la necesidad de mirar "hacia adelante" y no hacia "atrás". En su opinión "caminan hacia atrás" quienes "apoyan el terrorismo y los entornos que actúan a su alrededor embozados en capas eufónicas e hipócritas como la bronca callejera, la guerrilla urbana, la revolución social, la huelga general... y también la autodeterminación, el federalismo y el inmovilismo constitucional".
Se refirió al terrorismo como la "única amenaza que nuestro orden constitucional ha tenido que soportar desde su mismo proceso de aprobación" y denunció que es "la causa principal que inhibe todo proceso de enmienda constitucional ahora y de desarrollo político después". Añadió Fraga que "el impulso autonómico, en particular, no está siendo frenado en España por ningún prurito centralista, sino por la actuación criminal de una organización terrorista que usa la cuestión soberanista o autodeterminista como coartada política para la realización de sus fechorías".