LD (Agencias) En sus primeras declaraciones públicas tras la fiesta judía del Yom Kipur, el primer ministro israelí, Ariel Sharon , ha dicho que Israel está dispuesto a "golpear a los enemigos en cualquier lugar, en cualquier momento". Su advertencia, destacó, está respaldada por las últimas acciones del Ejército judío contra Siria y El Líbano, además del apoyo de EEUU a su "política defensiva".
Por su parte, el presidente sirio, Bachar al Assad , ha concedido una entrevista al diario árabe internacional Al-Hayat para contestar al Gobierno israelí. Según Al Assad, "Israel quiere llevar a Siria a la guerra". Estas declaraciones del líder sirio se producían apenas 48 horas después del ataque aéreo israelí, el primero en treinta años, en los alrededores de Damasco, contra un presunto campamento terrorista de la Yihad Islámica.
En Ramala, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, ha tomado juramento al nuevo Gobierno de Crisis formado por Abú Alá, el primer ministro. Sin embargo, en el acto hubo una notable ausencia, la del ministro del Interior, Naser Yusuf, quien reclama que los organismos de seguridad queden realmente bajo su control. Yusuf se ha negado de momento a jurarle fidelidad a Arafat, cuyo débil estado de salud ya es un secreto a voces en las áreas palestinas.
Mientras, el Ejército israelí ha empezado a desplegarse en la frontera con Líbano para hacer frente a la creciente presión de los terroristas de Hezbolá, financiados por Irán y apoyados por Siria, país que les da cobertura en Líbano, un territorio controlado directamente por el régimen de Damasco. El despliegue militar israelí se produce después de que se supiera que un soldado hebreo ha muerto en un intercambio de disparos con francotiradores de Hezbolá.
Por su parte, el presidente sirio, Bachar al Assad , ha concedido una entrevista al diario árabe internacional Al-Hayat para contestar al Gobierno israelí. Según Al Assad, "Israel quiere llevar a Siria a la guerra". Estas declaraciones del líder sirio se producían apenas 48 horas después del ataque aéreo israelí, el primero en treinta años, en los alrededores de Damasco, contra un presunto campamento terrorista de la Yihad Islámica.
En Ramala, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, ha tomado juramento al nuevo Gobierno de Crisis formado por Abú Alá, el primer ministro. Sin embargo, en el acto hubo una notable ausencia, la del ministro del Interior, Naser Yusuf, quien reclama que los organismos de seguridad queden realmente bajo su control. Yusuf se ha negado de momento a jurarle fidelidad a Arafat, cuyo débil estado de salud ya es un secreto a voces en las áreas palestinas.
Mientras, el Ejército israelí ha empezado a desplegarse en la frontera con Líbano para hacer frente a la creciente presión de los terroristas de Hezbolá, financiados por Irán y apoyados por Siria, país que les da cobertura en Líbano, un territorio controlado directamente por el régimen de Damasco. El despliegue militar israelí se produce después de que se supiera que un soldado hebreo ha muerto en un intercambio de disparos con francotiradores de Hezbolá.