L D (EFE) El ministro de Situaciones de Emergencia bielorruso, Valeri Astápov, dijo que el personal de la clínica intentó sofocar el fuego con sus propios medios y avisó con media hora de retraso a los bomberos, que sólo lograron salvar con vida a 30 personas. Esta demora resultó fatal, pues cuando los equipos de bomberos llegaron al lugar el edificio principal del internado ya estaba completamente envuelto en llamas y el tejado se había derrumbado.
El incidente, del que fueron informados inmediatamente el Gobierno y el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, tuvo lugar la pasada madrugada en la localidad de Kozlovichi, en la región occidental de Grodno, cerca de la frontera con Polonia. "Si los empleados de la clínica avisaran a tiempo, lograríamos evitar tantas víctimas", dijo el ministro, que añadió que el estado de los enfermos, incapaces de desplazarse por su cuenta, complicó las labores de rescate.
Astápov precisó que éste fue el tercer intento que realizaba el paciente pirómano para prender fuego al centro, destinado a enfermos mentales cuyos familiares habían rechazado tenerlos a su cuidado, aunque en los dos anteriores se logró apagar a tiempo las llamas. El funcionario añadió que los dispositivos anti-incendios y los sistemas de electricidad y de calefacción del internado funcionaban correctamente.
La Fiscalía de Bielorrusia ha abierto un expediente a raíz del dramático suceso y los agentes interrogan a todos los testigos del caso. El presidente bielorruso dio de plazo una semana al fiscal general, Víctor Sheiman, y al secretario del Consejo de Seguridad estatal del país, Guennadi Neviglas, para que sus departamentos investiguen todas las circunstancias del incendio. Según Astápov, un incendio de tal magnitud acompañado de numerosas víctimas no se había registrado en el país desde hace medio siglo.
El incidente, del que fueron informados inmediatamente el Gobierno y el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, tuvo lugar la pasada madrugada en la localidad de Kozlovichi, en la región occidental de Grodno, cerca de la frontera con Polonia. "Si los empleados de la clínica avisaran a tiempo, lograríamos evitar tantas víctimas", dijo el ministro, que añadió que el estado de los enfermos, incapaces de desplazarse por su cuenta, complicó las labores de rescate.
Astápov precisó que éste fue el tercer intento que realizaba el paciente pirómano para prender fuego al centro, destinado a enfermos mentales cuyos familiares habían rechazado tenerlos a su cuidado, aunque en los dos anteriores se logró apagar a tiempo las llamas. El funcionario añadió que los dispositivos anti-incendios y los sistemas de electricidad y de calefacción del internado funcionaban correctamente.
La Fiscalía de Bielorrusia ha abierto un expediente a raíz del dramático suceso y los agentes interrogan a todos los testigos del caso. El presidente bielorruso dio de plazo una semana al fiscal general, Víctor Sheiman, y al secretario del Consejo de Seguridad estatal del país, Guennadi Neviglas, para que sus departamentos investiguen todas las circunstancias del incendio. Según Astápov, un incendio de tal magnitud acompañado de numerosas víctimas no se había registrado en el país desde hace medio siglo.