L D (EFE) Según informó la cadena radiofónica Erbol , el choque entre mineros y fuerzas de seguridad se produjo en el centro de la población de Patacamaya, situada a 109 kilómetros al sur de La Paz. Los manifestantes pretendían cruzar esa población, a mitad de camino entre Oruro y La Paz, con el objetivo de unirse a las marchas contra el Gobierno en la capital y en la vecina localidad de El Alto, donde el martes se vivió una jornada de relativa tranquilidad tras varios días de violentos disturbios.
Los roces comenzaron cuando una marcha de al menos 2.000 mineros, procedentes de Oruro y de los campamentos de esa región, intentó burlar el cierre de la vía impuesto por las fuerzas del orden. Los mineros lanzaron piedras y dinamita, mientras que los efectivos policiales respondieron con proyectiles de gas lacrimógeno y balas de goma. Las fuerzas castrenses dispuestas en la localidad, que cuentan con tres tanquetas de guerra, intervinieron posteriormente.
Según informó la agencia Reuters , el párroco de Patacamaya, Porfirio Ticona, ha declarado a la emisora de radio Panamericana que él mismo ha verificado en el hospital "la muerte de dos mineros y heridas en otros seis, todos de bala". Aunque primeramente se informó de que las fuerzas de seguridad no utilizaron munición para repeler el embate de los mineros, las declaraciones del sacerdote contradicen las versiones transmitidas al inicio del choque entre los manifestantes, la Policía y el Ejército.
Disturbios en Cochabamba
Mientras, en la ciudad de Cochabamba ya se han registrado los primeros incidentes. Todas las actividades quedaron en suspenso por el inicio de una huelga general indefinida, convocada el martes por la Central Obrera Boliviana (COB), que fue secundada por universitarios, empleados de las fábricas, trabajadores de salud, magisterio urbano y rural, productores de coca y campesinos en general. Desde primeras horas de la mañana, los comerciantes cerraron sus tiendas para secundar la medida o por temor a destrozos y saqueos.
Las marchas, que se registraron por varios puntos de la ciudad, estuvieron acompañadas del bloqueo de las carreteras que comunican esta localidad con Santa Cruz, en el oriente boliviano, y La Paz. Alrededor de 5.000 personas se congregaron en la Plaza 14 de septiembre, donde se encuentran los edificios de las instituciones de gobierno. Tras varios discursos de los líderes de sindicales, la marcha se radicalizó al lanzar unos vándalos cócteles molotov en dirección a la sede del gobierno regional y a la estación policial.
Esta acción llevó a los efectivos antidisturbios a despejar el lugar con gases lacrimógenos y balas de goma, lo que obligó a los manifestantes a replegarse hacia las bocacalles de la plaza, donde continuaron los enfrentamientos. Una cadena de televisión local informó de que un joven de 14 años resultó herido en un ojo por el impacto de una bala de goma, aunque por ahora no se ha informado de heridos o víctimas mortales. Los grupos de protesta en Cochabamba exigen, como la mayoría de sectores en el resto del país, la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y se niegan a la exportación de gas al exterior.
El conflicto en Bolivia comenzó el pasado 15 de septiembre en la zona norte del departamento de La Paz y se extendió paulatinamente a otros puntos de la país, choques en los que han muerto al menos 74 personas.
Los roces comenzaron cuando una marcha de al menos 2.000 mineros, procedentes de Oruro y de los campamentos de esa región, intentó burlar el cierre de la vía impuesto por las fuerzas del orden. Los mineros lanzaron piedras y dinamita, mientras que los efectivos policiales respondieron con proyectiles de gas lacrimógeno y balas de goma. Las fuerzas castrenses dispuestas en la localidad, que cuentan con tres tanquetas de guerra, intervinieron posteriormente.
Según informó la agencia Reuters , el párroco de Patacamaya, Porfirio Ticona, ha declarado a la emisora de radio Panamericana que él mismo ha verificado en el hospital "la muerte de dos mineros y heridas en otros seis, todos de bala". Aunque primeramente se informó de que las fuerzas de seguridad no utilizaron munición para repeler el embate de los mineros, las declaraciones del sacerdote contradicen las versiones transmitidas al inicio del choque entre los manifestantes, la Policía y el Ejército.
Disturbios en Cochabamba
Mientras, en la ciudad de Cochabamba ya se han registrado los primeros incidentes. Todas las actividades quedaron en suspenso por el inicio de una huelga general indefinida, convocada el martes por la Central Obrera Boliviana (COB), que fue secundada por universitarios, empleados de las fábricas, trabajadores de salud, magisterio urbano y rural, productores de coca y campesinos en general. Desde primeras horas de la mañana, los comerciantes cerraron sus tiendas para secundar la medida o por temor a destrozos y saqueos.
Las marchas, que se registraron por varios puntos de la ciudad, estuvieron acompañadas del bloqueo de las carreteras que comunican esta localidad con Santa Cruz, en el oriente boliviano, y La Paz. Alrededor de 5.000 personas se congregaron en la Plaza 14 de septiembre, donde se encuentran los edificios de las instituciones de gobierno. Tras varios discursos de los líderes de sindicales, la marcha se radicalizó al lanzar unos vándalos cócteles molotov en dirección a la sede del gobierno regional y a la estación policial.
Esta acción llevó a los efectivos antidisturbios a despejar el lugar con gases lacrimógenos y balas de goma, lo que obligó a los manifestantes a replegarse hacia las bocacalles de la plaza, donde continuaron los enfrentamientos. Una cadena de televisión local informó de que un joven de 14 años resultó herido en un ojo por el impacto de una bala de goma, aunque por ahora no se ha informado de heridos o víctimas mortales. Los grupos de protesta en Cochabamba exigen, como la mayoría de sectores en el resto del país, la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y se niegan a la exportación de gas al exterior.
El conflicto en Bolivia comenzó el pasado 15 de septiembre en la zona norte del departamento de La Paz y se extendió paulatinamente a otros puntos de la país, choques en los que han muerto al menos 74 personas.